Hola chicas~
Sí, como vieron antes de terminar el año estoy haciendo una actualización y espero que les guste leerlo tanto como ha gustado escribir el capítulo y les seré sincera, lleva como dos semanas escrito, solo edité unas cosas pequeñas antes de subirlo.
Disfruten, porque ya no queda casi nada para que la serial termine. Las quiero mucho, gracias por seguir estos cuatro años conmigo y esta serial, ha sido la más difícil de escribir, en especial esos momentos en los cuales no sabido cómo continuarla, prometo que traeré más diversión en sus vidas,sigue gustandome escribir, pero viene un año muy difícil, aun así... GRACIAS <3
Hijo de la Luna: Capítulo 32
Feliz navidad y prospero año nuevo <3
Prohibido sacar Fic's del Blog sin concentimiento de la autora. Si no te gusta el genero Yaoi te recomiendo que no leas este blog (:
sábado, 27 de diciembre de 2014
Hijo de la Luna: Capítulo 32
Capítulo 32.
“Retrospectiva. No es hora de decir adiós”
Junsu y Minho decidieron por fin separarse y buscar al pequeño por su
cuenta. Minho miraba abrumado hacia todos lados ¿Dónde se encontraba Yoogeun?
Su pequeño… ¿Por qué no se podían ir con tranquilidad? Por qué hasta su último
momento en aquel país debía ser tormentoso. Corrió por todos lados esperando
encontrarle, esperando que Junsu le encontrara o Nichkhun… que ese maldito
celular sonara dándole buenas noticias de su hijo, pero nada, y nuevamente esa
sensación de que estaba perdido se asentó en su corazón porque no lograba
encontrarle, no lo lograba y se estaba desesperando pro completo.
“¿Dónde
estás Yoogeunnie…?”
******
Junsu corría por todos lados mientras buscaba… ¡Dios! Eso era su culpa,
solo su culpa, por ser un descuidado y quitarle la mirada de encima al menor,
jamás se perdonaría si algo le sucedía a Yoogeun.
— Por favor… bebé… ¿Dónde estás? —Preguntó al aire mientras paraba su
corrida, mirando hacia todos lados esperando encontrar alguna pista del menor,
pero nada… Y golpeó su frente con su mano izquierda, respiró hondo y emprendió
la marcha nuevamente, chocando con la espalda de alguien… — Maldición… Lo… Lo
siento… —Trató de disculparse todo agitado y con la mirada borrosa.
— Jun… Junsu ah…
Kim levantó el rostro al reconocer esa voz… ¿Qué hacía Park en ese
lugar? Le miró perplejo por un instante, uno muy pequeño antes de volver en sí,
no era momento para pensar en él, debía encontrar a Yoogeun pronto, eso era lo
único más importante en ese momento, por lo que sin mediar más palabras volvió
a lo que hacía, mirando abrumado todo su alrededor, emprendiendo la marcha pues
debía encontrar a su sobrino, o al menos eso quería lograr hacer, pero de la
nada se vio afirmado del brazo, impidiéndole que pudiera seguir con sus pasos.
— Espera… ¿Qué sucede? —Preguntó preocupado al ver a ese chico en aquel
estado.
— Por favor, suéltame… debo encontrarle… —Park le miró confundido. —
Yoogeun… se perdió… de… debo encontrarle… fue mi culpa… yo… —Y de la nada fue
abrazado por los brazos del pelinegro de los cuales trató de soltarse. —Suel…
suéltame… ¡Debo encontrar a Yoogeun! —Gritó algo más alterado.
— ¿Qué? —Una voz algo débil se escuchó tras ello, era Changmin quien
miraba a Junsu con desconcierto. — Yoogeun… ¿Dónde está?
— No… no lo sé… escapó… por favor… debo seguir buscando. –Dijo con
cierto desespero entre los brazos ajenos, tratando de huir de ellos y encontrar
al menor, porque no lograba verlo y se estaba volviendo nervioso y asustado.
— Te ayudaremos, pero ya no llores. —Le pidió Park al pelirrojo, secando
sus lágrimas, algo preocupado porque Junsu se veía tan alterado.
Changmin ni si quiera esperó y corrió en búsqueda del menor, subiendo
las escaleras para mirar desde el tercer piso, dejaría que Junsu y Yoochun
recorrieran el segundo piso. Miró hacia todos lados, alterándose cada segundo
más con el corazón en mano, preocupado… su hijo, su hijo estaba perdido ¡Por
Buda! Si no lo encontraba se volvería loco.
*******
Park había hecho todo lo posible para que las lágrimas del pelirrojo
menguaran, que parte del miedo comenzara a bajar para poder ayudarle. Junsu por
su lado, ya más tranquilo, siguió mirando a su alrededor en cada rincón,
tratando de calmarse porque esa sería la única forma de encontrar al menor,
estaba en eso cuando sintió su móvil sonar, el cual con manos tiritando pudo
contestar, pues se trataba de su hermano Jaejoong.
— Hyung… hyun… Yoogeun… Yoogeun se perdió…
— ¡Qué!
— Por favor… miren por todos lados… por favor…
— De acuerdo.
Y colgó, respiró hondo y volvió a mirar, de la nada el presentimiento de
correr hacia la baranda y mirar hacia el primer piso le llegó de la nada, miró
hacia todos lados procurando no perder detalles de cada lugar que veía.
En tanto Changmin bajaba al primer piso porque no lograba encontrar al
menor, Minho revisaba por todos lados el primer piso, pero llegaba cada vez más
personas que era difícil encontrarle.
Junsu respiró hondo mientras observaba, hasta que le vio, mirando hacia
todos lados, con el rostro lleno de lágrimas.
— ¡Yoogeun! —Gritó con fuerza y tomó su móvil sin moverse de su lugar. —Llama
a Changmin ssi… —Habló, sabiendo que Yoochun le escuchaba y haría lo que le
había dicho.
Ambos marcaron con rapidez con sus celulares.
— Minho
— Changmin
— Está justo al centro, el pilar grande,
Yoogeun está ahí.
******
Apenas escucharon aquellos salieron corriendo desde sus respectivos
lugares en busca de aquel centro tratando de encontrar la pequeña figura de su
hijo, eso era lo importante, el resto no importaba.
— ¡Yoogeun!
Changmin llegó antes hasta el menor debido a que se encontraba cerca y
lo tomó en brazos apretándole con fuerza a su cuerpo, respirando aliviado antes
de agacharse con el menor en brazos y dejarle en el suelo para revisar si no
tenía alguna herida.
— Yoogeunnie…
No fue hasta ese momento en que la voz de Minho les llegó al oído que le
vieron, estaba a menos de medio metro de ellos, mirándoles con las mejillas más
que empapadas de lágrimas y el cuerpo tiritando, parecía que la voz le faltaba
pues aquel “Yoogeunnie” había sido débil.
— Omma… — Y aquello fue suficiente para Minho rompiera en lágrimas antes
de caer de rodillas al piso mientras recibía entre sus brazos a su pequeño. —
Omma…
Changmin les miró desde su lugar, algo en shock… porque de la nada esa
imagen le destrozó, porque no quería verles llorando de aquel modo, no quería…
él quería cuidarles como no lo hizo antes.
— Estás bien… — Y esas palabras de alivio que salieron de la boca de
Minho, ese que acunaba el rostro del menor con ternura, a pesar de que su
rostro estaba todo mojado por las lágrimas vislumbró una sonrisa y el alivio de
haber encontrado al menor. —No lo vuelvas hacer… no lo vuelvas hacer… por
favor… a omma le duele cuando no sabe de ti…
— Omma… pe… pedón… yo… yo solo quedía… —Pero Yoogeun no pudo seguir
hablando entre hipidos pues quería llorar, solo quería llorar y que le
abrazaran.
— Yoogeun, Minho ah… —Les llamó Changmin, cerca de ellos antes de si
quiera pudieran levantar la mirada éste les rodeó con sus brazos, porque
necesitaba hacerlo, necesitaba abrazarles.
*****
Junsu en tanto había terminado por resbalar hasta el suelo, respirando
hondo porque ese maldito momento ya había terminado, apenas y pudo tomar su
móvil para escribir un mensaje a sus hermanos, esperando que pudieran respirar
igual que él, cuando lo logró mandar otro suspiro escapó de sus labios en tanto
doblaba sus piernas y las abrazaba, escondiendo su rostro en el hueco que se
generaba.
Yoochun le miró un momento, sin saber qué hacer, porque ya todo estaba
en calma y volvía a sentir esa sensación incómoda al estar al lado del menor
hasta que unos pequeños sollozos se hicieron escuchar, entonces fue consciente
de esos hombros que tiritaban, Junsu estaba llorando.
— Junsu ah… tranquilo. —Le pidió, trantando de consolarle mientras se
sentaba a su lado y atraía el cuerpo del menor hacia el propio. —Ya lo
encontraron, no llores.
— Yo… yo… no me hubiese perdonado si algo le pasaba… yo… ¿Por qué fui
tan descuidado…? —Gimoteó aún algo abrumado por lo que había sucedido.
— Pero no pasó, puedes estar, tranquilo… ya está bien, Susu ah… —Y
apenas aquel mote saliera de sus labios el cuerpo de Junsu se tensó,
percatándose de cómo se encontraban de juntos, y eso no era bueno, Junsu lo
sabía bien, es por eso que con cuidado se liberó de aquel brazo. Respiró hondo
y secó sus lágrimas… ¿Por qué resultaba tan fácil mostrar su lado más débil con
Park? Tenía que dejar de hacerlo, debía mostrarse más parco y difícil como
siempre debió ser.
— Te agradezco mucho que nos hayas ayudado, de verdad, gracias. –Dijo
mientras se levantaba del suelo. —Bueno, me retiro, ten un buen día, Park
Yoochun ssi… y de nuevo, gracias.
El pelinegro le quedó mirando de la nada el tono de voz que Junsu usaba,
era lejano, como si entre ellos nada pasara, como si fueran con suerte
conocidos, aquellos ojos que alguna vez mostraron lo vulnerables que eran
habían vuelto a ese color pardo y frío, como si tratara de ocultar aquel cálido
chico. Le vio caminar en dirección a la escalera mientras tomaba su móvil y
marcaba a algún número, escuchando de lejos ese “Nichkhun, lo encontramos… voy para allá” Y un calor en la boca del
estómago comenzó a propagarse por su cuerpo, lo había vuelto inestable, y no lo
entendía… ese enojo que comenzaba a sentir no lo entendía.
— ¿Venías a dejar a Minho? —Preguntó, con voz ronca y algo molesta,
siguiéndole el paso, tal parece que sorprendiendo al menor.
— ¿Qué? Eh… no, no vine a dejarle. —Respondió el chico, totalmente
confundido porque no se había esperado que Park se levantara y luego le
cuestionara.
— ¿Entonces? Si no vienes a dejarle… ¿También te vas? —Y Yoochun no lo
sabe, no sabe por qué de pronto esas palabras le incomodaron tanto.
— Sí, me iré con Minho. Me necesitan en la sucursal de Japón, así
que debo irme. —Respondió en tono neutro, sin mostrar la verdadera razón de su
partida.
— Comprendo…
— Debo apurarme…
— Claro, te acompaño, debo esperar a Changmin.
Park volvió a ver lo mismo que última vez… Era tan difícil Junsu,
cuando lo conoció, estaba esa coraza distante, que nadie podría si quiera
pasar, pero que él mismo con mucho esfuerzo había logrado traspasar, había
conocido la calidez de ese chico, y ciertamente el no verla en ese momento lo
desconcertaba y molestaba en grandes proporciones…
*****
Yoogeun había dejado de llorar, ahora solo soltaba hipidos de vez en cuando,
los cuales ahogaba escondido en el cuello del menor, Minho acariciaba su
espalda con cariño, ya todo había pasado, ahora se sentía más tranquilo.
— Minho… —Escuchó su nombre ser dicho por su hyung. Levantó su mirada, y
vio… esos ojos. Vulnerable…
Changmin volvía a mostrar esa mirada ante él, como si algo le lastimara,
fuertemente y no supiera bien cómo debería de arreglarlo.
— ¿De verdad debes hacerlo? —Cuestionó, esta vez su voz no sonó a
reproche, sino a un tono comprensivo. — ¿Deben irse de nuevo?
— Quiero ser feliz con Yoogeun… —Respondió con sinceridad. —No ha sido
fácil, Changmin. Perdí a mi padre, mi madre… mi mejor amigo… mi vida, tal y
como la conocía. No sabes lo difícil que fue para mí, sentirme sólo… sin ellos.
En Japón me acogieron, velaron por nuestra felicidad… Me demostraron que a
pesar de todo podía seguir adelante.
— Yo… yo no quise que pasaras por esto…
— Lo sé. —Contestó con sinceridad, tener que hablar de ese tema, de ese
modo, en esas circunstancias le parecía tan extraño, él sólo quería dejar esos
recuerdos atrás y vivir su vida tranquilo, al lado de aquellos que sí le
aceptaban. —Pero en ese entonces tenías la edad suficiente para saber lo que
hacías. Ambos… ambos lo sabíamos, hyung.
— Pero soy humano, Minho… el acostarme contigo fue… no sé cómo
explicarlo, el estar ebrio triste fueron parte de todo… pero luego, darme
cuenta que todo a tu lado era normal que hasta ese tipo de situación se sentían
correctas, normales… Me aterré, aún estábamos estudiando, aún habían cosas que
podrían cambiarlo todo y yo…
— Puedo imaginar las cosas que pensaste…
— Tu familia y la mía siendo tan tradicionales, el querer que formáramos
una familia, tener grandes puestos empresariales, esa era nuestra tarea…
llevarles una linda chica de novia, una que fuese perfecta para darles nietos y
así seguir con la descendencia.
— Lo sé…
— ¿Entonces?
— Yo jamás me quise hacer ilusiones contigo, me conformaba con estar a
tu lado, con poder cuidarte, con poder vivir etapas juntos… siempre me pregunté
si lo que sentía por ti sería duradero, yo sólo rogaba que no doliera mucho.
— Minho…
******
— Nickhun ah. —Llamó al menor, sonriendo suave para que viera que ya
todo había pasado.
— ¿Dónde están?
— Con Changmin. —Junsu lo sabía, ese chico por dos años había estado
tras Minho y desde que conoció lo que provocaba la presencia de Shim en Minho y
Yoogeun le alteraba. Había conseguido en poco tiempo el cariño del hijo de
Minho y él en cambio aun no podía estar tanto tiempo con él sin sentir que le
rechazaban.
— Comprendo.
— Nichkhun ah… Sabes que en mí conseguirás apoyo. ¿Verdad? —El menor
asintió. —Entonces, acepta el trabajo en China. Debes hacerlo por tu bien y por
el de Minho… ahora él no piensa en una relación con alguien, no después de todo
lo que ha tenido que pasar y el que estés ahí presionando puede provocar todo
el efecto contrario.
— Junsu hyung… yo lo amo. Por dos años lo he intentado. He sido
paciente, he escuchado todo… le he comprendido pero pareciera que por más que
trato de entrar en su vida hay algo que me saca de ella. —Dijo con cierto tono angustiado, Junsu se quedó mirando a su dongsaeng, estiró su brazo izquierdo y comenzó a acariciar su rostro con cariño.
— Fuerzas mucho las cosas, dongsaeng. No debes hacerlo, debes pensar
también en ti y no forzarlas… luchar por el amor de alguien no quiere decir que
te le pegas, que le atiborras con tu presencia, no a todos le gusta ese tipo de
actitudes y Minho es un chico que vivió presionado por su familia, aceptando lo
que otros quieren, él recién comienza a vivir la vida que él quiere, y ha sido
tan difícil, pero eso no quiere decir que lo tengas todo perdido o todo ganado,
solo quiere decir que Minho va a su propio ritmo y el de su hijo.
— Lo entiendo.
— Quédate, asegúrate de hacer un buen trabajo, puedes seguir al lado de
Minho, con la calma que merece, pero acepta ese trabajo en China, también debes
pensar en ti y en lo que deseas.
Junsu mostró ese carácter nuevamente, mostró que no era cualquier chico,
que por más que ese rostro te engañara, no era un idiota, él sabía lo que
sucedía a su alrededor, trataba de dar la mirada fría a los problemas, y
siempre tendía su mano, aun cuando él mismo estuviese dañado. Yoochun pensaba
que era imposible seguir conociendo facetas de aquel chico, se preguntó en ese
momento si alguien daría esos concejos al menor de aquel modo tan cariñoso…
¿Junsu tenía alguien quien le apoyara?
*****
Changmin dio una mirada frágil a Minho. Era difícil para él escuchar
esas palabras dichas por el menor de tal modo.
Era su mejor amigo y tal vez la persona más importante que pasó por su
vida, era quien le había dado un hijo, el pequeño más precioso de todo el
mundo, y si le preguntaban… jamás cambiaría la existencia de Yoogeun por nada
del mundo.
— Hay cosas que no entiendo, Minho… y aun cuando me negué a creerlo
siempre lo supe desde la primera vez que lo vi, ese día… cuando estaban por el
parque… ese mismo día pensé que ese chiquillo era como un tesoro, como si
hubiera encontrado lo que faltaba en mi vida. —Comenzó a decir, con su mirada
puesta fijamente en la de Minho. —Siempre supe que Yoogeun era parte importante
de mi vida… mi hijo, y por más que lo pienso no hay forma de encontrar aunque
sea un aspecto negativo de aquello.
— ¿Por qué? —Minho se mostró afectado, no quería escuchar esa palabras,
él necesitaba irse de Corea, estar en Japón y descansar de tantas cosas que
habían estado sucediendo desde que llegaron a aquel país. —No digas esas
palabras, yo debo irme.
— Lo sé… —El menor le miró sorprendido ¿No que Changmin quería que no se
fuera? ¿Entonces por qué respondía aquello? —No quiero que lo hagan, pero sé
que lo necesitas… porque he visto la dureza de tu padre, he visto lo duro que
fue para ti los problemas que trajo en tu vida Sunhee, sé que lo necesitan,
Yoogeun lo necesita… pero yo. —Respiró hondo.
—No quiero que me borren de sus vidas…
“Porque no quería ser opresivo en aquel chico, lo entendía… lo sabe, lo
comprende… lo puede ver: Minho necesita un respiro de su vida en Corea.”
— Quiero poder ser el padre que merece Yoogeun… quiero ser también esa
parte en la que puedas contar cuando tengas problemas, que veas que no estás
solo, que hay alguien más que daría su vida por el bienestar de Yoogeun. —Changmin
dijo con toda sinceridad. —Dame esa oportunidad, de cuidarle a ambos, no me
alejes de lo único bueno que he hecho en mi vida, por favor.
Y eso había sido demasiado, él no podría pedir nada más.
— Entonces… espero que puedas visitarnos cuando tengas tiempo, Changmin
hyung. —La voz de Minho sonó calmada, como si un pesó enorme se alivianara
sobre su espalda.
Shim suspiró relajado, con ganas de llorar, pero no lo haría, aún seguía
siendo el hyung.
— ¿Estarás en Japón por mucho tiempo? —Minho negó.
— Pensaba hacerlo, pero la verdad solo voy por unos problemas que hay en
la empresa en Japón, luego, probablemente vuelva a Corea, si las cosas se dan
de ese modo.
— Entonces… —Changmin elevó su mirada al techo. Como JunSu había dicho…
Debía dejar de pensar tanto las cosas, no había persona en ese mundo que
conociera mejor a Minho, además… no había forma de negar cuanto amaba a
Yoogeun, era su hijo, su pequeño, su orgullo.
******
Nichkhun suspiró, Junsu tenía razón, lo sabía… pero era tan difícil
hacerse a la idea de que era mejor dar un descanso a todo, de que debía pensar
bien las cosas, tal vez estaba presionando mucho a Minho, y ciertamente ha
visto todos los problemas que ha tenido que pasar el menor, si quería ganarse
su corazón tenía que entender entonces el silencio de éste.
— Minho. —Escuchó decir Junsu, levantó su mirada y vio llegar a Choi con
Yoogeun en brazos de Shim.
— Los chicos dijeron que ya llegaban, están en la entrada. —Les hizo
saber Minho, con una sonrisa relajada sobre sus labios.
Junsu miró a ambos chicos, se veían bien, entendía por qué el
sentimiento de ellos, cuando eran menores, había surgido… era por esa
naturalidad con la cual se trataban, todo era espontaneo. Se conocían a la
perfección. Suspiró, se acercó a ambos menores he hizo una leve venia.
— Lo siento… a ambos, por mi descuido perdí a Yoogeun de vista, lo
siento mucho… enserio. —La voz de Junsu nuevamente sonó afectada, era como si
costase mucho serenarse últimamente.
— Junsu hyung… no debes pedir perdón, las cosas pasan por algo y tal vez
fue para mejor.
Minho se acercó a su hyung luego de decir aquello, él no podría enojarse
con su hyung ¿Cómo podría? Había sido quien más tranquilidad trajo en su vida,
Junsu siempre velaba por él como un gran hermano mayor.
— Yo no sé cómo lo haces… pero eres el mejor hyung que he conocido.
— ¡Yah! —Gritó Shim ¿Cómo que Kim Junsu había sido el mejor hyung?
— Es algo que ni tú puedes negar.
Luego de un rato Junsu, Minho y Yoogeun embarcaron. Jaejoong se deshizo
en pucheros porque sus dos pequeños se iban, Yunho sonreía divertido, su esposo
podía ser tan infantil y así lo amaba. Siwon había abrazado con fuerza a su
hermano menor, ahora esperaba que el lazo que les unía se hubiera hecho más
fuerte… porque eran la familia que tenían.
Heechul por tu lado abrazó a su hermano menor, acarició su espalda,
esperando que entendiera que no le dejaría solo por más lejos que estuviera.
Junsu necesitaba ese tipo de apoyo, porque Junsu no era como ellos, cuando
llegó a la familia desde un principio supo que era distinto, que su vida era
difícil… que sus recuerdos de su pequeña infancia hasta ese momento habían sido
de lo peor. Pero aun así… aun así trataba de sonreír a todos, para no
preocupar.
Heechul soltó un suspiro, solo pedía que su hermanito estuviera mejor,
ya luego le iría a ver para saber cómo estaba, le mimaría mucho, pero por ahora
lo dejaría tranquilo. Además estaba seguro que con Siwon aprovecharía el ir a de
viaje y disfrutar a pesar de que irían a ver a sus hermanos, negó con su cabeza
al sólo pensar en eso, todo estaría mejor. O al menos eso esperaba.
— Heechul ah.
El nombrado quedó estático, esa voz… No, no podía ser, con cierta
tensión en el cuerpo volteó a ver de quién se trataba, viendo a esa sofisticada
mujer de cabellos rojos, piel blanca, labios rojo, nariz respingada y ojos
turquesa… ¿Qué hacía ella en el país?
— Ma… madre… —Musitó Heechul, sorprendido, porque a esa hermosa mujer no esperaba verla en estas tierras tan lejanas a su mundo.
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