Hola chicas~
Sí, como vieron antes de terminar el año estoy haciendo una actualización y espero que les guste leerlo tanto como ha gustado escribir el capítulo y les seré sincera, lleva como dos semanas escrito, solo edité unas cosas pequeñas antes de subirlo.
Disfruten, porque ya no queda casi nada para que la serial termine. Las quiero mucho, gracias por seguir estos cuatro años conmigo y esta serial, ha sido la más difícil de escribir, en especial esos momentos en los cuales no sabido cómo continuarla, prometo que traeré más diversión en sus vidas,sigue gustandome escribir, pero viene un año muy difícil, aun así... GRACIAS <3
Hijo de la Luna: Capítulo 32
Feliz navidad y prospero año nuevo <3
Prohibido sacar Fic's del Blog sin concentimiento de la autora. Si no te gusta el genero Yaoi te recomiendo que no leas este blog (:
sábado, 27 de diciembre de 2014
Hijo de la Luna: Capítulo 32
Capítulo 32.
“Retrospectiva. No es hora de decir adiós”
Junsu y Minho decidieron por fin separarse y buscar al pequeño por su
cuenta. Minho miraba abrumado hacia todos lados ¿Dónde se encontraba Yoogeun?
Su pequeño… ¿Por qué no se podían ir con tranquilidad? Por qué hasta su último
momento en aquel país debía ser tormentoso. Corrió por todos lados esperando
encontrarle, esperando que Junsu le encontrara o Nichkhun… que ese maldito
celular sonara dándole buenas noticias de su hijo, pero nada, y nuevamente esa
sensación de que estaba perdido se asentó en su corazón porque no lograba
encontrarle, no lo lograba y se estaba desesperando pro completo.
“¿Dónde
estás Yoogeunnie…?”
******
Junsu corría por todos lados mientras buscaba… ¡Dios! Eso era su culpa,
solo su culpa, por ser un descuidado y quitarle la mirada de encima al menor,
jamás se perdonaría si algo le sucedía a Yoogeun.
— Por favor… bebé… ¿Dónde estás? —Preguntó al aire mientras paraba su
corrida, mirando hacia todos lados esperando encontrar alguna pista del menor,
pero nada… Y golpeó su frente con su mano izquierda, respiró hondo y emprendió
la marcha nuevamente, chocando con la espalda de alguien… — Maldición… Lo… Lo
siento… —Trató de disculparse todo agitado y con la mirada borrosa.
— Jun… Junsu ah…
Kim levantó el rostro al reconocer esa voz… ¿Qué hacía Park en ese
lugar? Le miró perplejo por un instante, uno muy pequeño antes de volver en sí,
no era momento para pensar en él, debía encontrar a Yoogeun pronto, eso era lo
único más importante en ese momento, por lo que sin mediar más palabras volvió
a lo que hacía, mirando abrumado todo su alrededor, emprendiendo la marcha pues
debía encontrar a su sobrino, o al menos eso quería lograr hacer, pero de la
nada se vio afirmado del brazo, impidiéndole que pudiera seguir con sus pasos.
— Espera… ¿Qué sucede? —Preguntó preocupado al ver a ese chico en aquel
estado.
— Por favor, suéltame… debo encontrarle… —Park le miró confundido. —
Yoogeun… se perdió… de… debo encontrarle… fue mi culpa… yo… —Y de la nada fue
abrazado por los brazos del pelinegro de los cuales trató de soltarse. —Suel…
suéltame… ¡Debo encontrar a Yoogeun! —Gritó algo más alterado.
— ¿Qué? —Una voz algo débil se escuchó tras ello, era Changmin quien
miraba a Junsu con desconcierto. — Yoogeun… ¿Dónde está?
— No… no lo sé… escapó… por favor… debo seguir buscando. –Dijo con
cierto desespero entre los brazos ajenos, tratando de huir de ellos y encontrar
al menor, porque no lograba verlo y se estaba volviendo nervioso y asustado.
— Te ayudaremos, pero ya no llores. —Le pidió Park al pelirrojo, secando
sus lágrimas, algo preocupado porque Junsu se veía tan alterado.
Changmin ni si quiera esperó y corrió en búsqueda del menor, subiendo
las escaleras para mirar desde el tercer piso, dejaría que Junsu y Yoochun
recorrieran el segundo piso. Miró hacia todos lados, alterándose cada segundo
más con el corazón en mano, preocupado… su hijo, su hijo estaba perdido ¡Por
Buda! Si no lo encontraba se volvería loco.
*******
Park había hecho todo lo posible para que las lágrimas del pelirrojo
menguaran, que parte del miedo comenzara a bajar para poder ayudarle. Junsu por
su lado, ya más tranquilo, siguió mirando a su alrededor en cada rincón,
tratando de calmarse porque esa sería la única forma de encontrar al menor,
estaba en eso cuando sintió su móvil sonar, el cual con manos tiritando pudo
contestar, pues se trataba de su hermano Jaejoong.
— Hyung… hyun… Yoogeun… Yoogeun se perdió…
— ¡Qué!
— Por favor… miren por todos lados… por favor…
— De acuerdo.
Y colgó, respiró hondo y volvió a mirar, de la nada el presentimiento de
correr hacia la baranda y mirar hacia el primer piso le llegó de la nada, miró
hacia todos lados procurando no perder detalles de cada lugar que veía.
En tanto Changmin bajaba al primer piso porque no lograba encontrar al
menor, Minho revisaba por todos lados el primer piso, pero llegaba cada vez más
personas que era difícil encontrarle.
Junsu respiró hondo mientras observaba, hasta que le vio, mirando hacia
todos lados, con el rostro lleno de lágrimas.
— ¡Yoogeun! —Gritó con fuerza y tomó su móvil sin moverse de su lugar. —Llama
a Changmin ssi… —Habló, sabiendo que Yoochun le escuchaba y haría lo que le
había dicho.
Ambos marcaron con rapidez con sus celulares.
— Minho
— Changmin
— Está justo al centro, el pilar grande,
Yoogeun está ahí.
******
Apenas escucharon aquellos salieron corriendo desde sus respectivos
lugares en busca de aquel centro tratando de encontrar la pequeña figura de su
hijo, eso era lo importante, el resto no importaba.
— ¡Yoogeun!
Changmin llegó antes hasta el menor debido a que se encontraba cerca y
lo tomó en brazos apretándole con fuerza a su cuerpo, respirando aliviado antes
de agacharse con el menor en brazos y dejarle en el suelo para revisar si no
tenía alguna herida.
— Yoogeunnie…
No fue hasta ese momento en que la voz de Minho les llegó al oído que le
vieron, estaba a menos de medio metro de ellos, mirándoles con las mejillas más
que empapadas de lágrimas y el cuerpo tiritando, parecía que la voz le faltaba
pues aquel “Yoogeunnie” había sido débil.
— Omma… — Y aquello fue suficiente para Minho rompiera en lágrimas antes
de caer de rodillas al piso mientras recibía entre sus brazos a su pequeño. —
Omma…
Changmin les miró desde su lugar, algo en shock… porque de la nada esa
imagen le destrozó, porque no quería verles llorando de aquel modo, no quería…
él quería cuidarles como no lo hizo antes.
— Estás bien… — Y esas palabras de alivio que salieron de la boca de
Minho, ese que acunaba el rostro del menor con ternura, a pesar de que su
rostro estaba todo mojado por las lágrimas vislumbró una sonrisa y el alivio de
haber encontrado al menor. —No lo vuelvas hacer… no lo vuelvas hacer… por
favor… a omma le duele cuando no sabe de ti…
— Omma… pe… pedón… yo… yo solo quedía… —Pero Yoogeun no pudo seguir
hablando entre hipidos pues quería llorar, solo quería llorar y que le
abrazaran.
— Yoogeun, Minho ah… —Les llamó Changmin, cerca de ellos antes de si
quiera pudieran levantar la mirada éste les rodeó con sus brazos, porque
necesitaba hacerlo, necesitaba abrazarles.
*****
Junsu en tanto había terminado por resbalar hasta el suelo, respirando
hondo porque ese maldito momento ya había terminado, apenas y pudo tomar su
móvil para escribir un mensaje a sus hermanos, esperando que pudieran respirar
igual que él, cuando lo logró mandar otro suspiro escapó de sus labios en tanto
doblaba sus piernas y las abrazaba, escondiendo su rostro en el hueco que se
generaba.
Yoochun le miró un momento, sin saber qué hacer, porque ya todo estaba
en calma y volvía a sentir esa sensación incómoda al estar al lado del menor
hasta que unos pequeños sollozos se hicieron escuchar, entonces fue consciente
de esos hombros que tiritaban, Junsu estaba llorando.
— Junsu ah… tranquilo. —Le pidió, trantando de consolarle mientras se
sentaba a su lado y atraía el cuerpo del menor hacia el propio. —Ya lo
encontraron, no llores.
— Yo… yo… no me hubiese perdonado si algo le pasaba… yo… ¿Por qué fui
tan descuidado…? —Gimoteó aún algo abrumado por lo que había sucedido.
— Pero no pasó, puedes estar, tranquilo… ya está bien, Susu ah… —Y
apenas aquel mote saliera de sus labios el cuerpo de Junsu se tensó,
percatándose de cómo se encontraban de juntos, y eso no era bueno, Junsu lo
sabía bien, es por eso que con cuidado se liberó de aquel brazo. Respiró hondo
y secó sus lágrimas… ¿Por qué resultaba tan fácil mostrar su lado más débil con
Park? Tenía que dejar de hacerlo, debía mostrarse más parco y difícil como
siempre debió ser.
— Te agradezco mucho que nos hayas ayudado, de verdad, gracias. –Dijo
mientras se levantaba del suelo. —Bueno, me retiro, ten un buen día, Park
Yoochun ssi… y de nuevo, gracias.
El pelinegro le quedó mirando de la nada el tono de voz que Junsu usaba,
era lejano, como si entre ellos nada pasara, como si fueran con suerte
conocidos, aquellos ojos que alguna vez mostraron lo vulnerables que eran
habían vuelto a ese color pardo y frío, como si tratara de ocultar aquel cálido
chico. Le vio caminar en dirección a la escalera mientras tomaba su móvil y
marcaba a algún número, escuchando de lejos ese “Nichkhun, lo encontramos… voy para allá” Y un calor en la boca del
estómago comenzó a propagarse por su cuerpo, lo había vuelto inestable, y no lo
entendía… ese enojo que comenzaba a sentir no lo entendía.
— ¿Venías a dejar a Minho? —Preguntó, con voz ronca y algo molesta,
siguiéndole el paso, tal parece que sorprendiendo al menor.
— ¿Qué? Eh… no, no vine a dejarle. —Respondió el chico, totalmente
confundido porque no se había esperado que Park se levantara y luego le
cuestionara.
— ¿Entonces? Si no vienes a dejarle… ¿También te vas? —Y Yoochun no lo
sabe, no sabe por qué de pronto esas palabras le incomodaron tanto.
— Sí, me iré con Minho. Me necesitan en la sucursal de Japón, así
que debo irme. —Respondió en tono neutro, sin mostrar la verdadera razón de su
partida.
— Comprendo…
— Debo apurarme…
— Claro, te acompaño, debo esperar a Changmin.
Park volvió a ver lo mismo que última vez… Era tan difícil Junsu,
cuando lo conoció, estaba esa coraza distante, que nadie podría si quiera
pasar, pero que él mismo con mucho esfuerzo había logrado traspasar, había
conocido la calidez de ese chico, y ciertamente el no verla en ese momento lo
desconcertaba y molestaba en grandes proporciones…
*****
Yoogeun había dejado de llorar, ahora solo soltaba hipidos de vez en cuando,
los cuales ahogaba escondido en el cuello del menor, Minho acariciaba su
espalda con cariño, ya todo había pasado, ahora se sentía más tranquilo.
— Minho… —Escuchó su nombre ser dicho por su hyung. Levantó su mirada, y
vio… esos ojos. Vulnerable…
Changmin volvía a mostrar esa mirada ante él, como si algo le lastimara,
fuertemente y no supiera bien cómo debería de arreglarlo.
— ¿De verdad debes hacerlo? —Cuestionó, esta vez su voz no sonó a
reproche, sino a un tono comprensivo. — ¿Deben irse de nuevo?
— Quiero ser feliz con Yoogeun… —Respondió con sinceridad. —No ha sido
fácil, Changmin. Perdí a mi padre, mi madre… mi mejor amigo… mi vida, tal y
como la conocía. No sabes lo difícil que fue para mí, sentirme sólo… sin ellos.
En Japón me acogieron, velaron por nuestra felicidad… Me demostraron que a
pesar de todo podía seguir adelante.
— Yo… yo no quise que pasaras por esto…
— Lo sé. —Contestó con sinceridad, tener que hablar de ese tema, de ese
modo, en esas circunstancias le parecía tan extraño, él sólo quería dejar esos
recuerdos atrás y vivir su vida tranquilo, al lado de aquellos que sí le
aceptaban. —Pero en ese entonces tenías la edad suficiente para saber lo que
hacías. Ambos… ambos lo sabíamos, hyung.
— Pero soy humano, Minho… el acostarme contigo fue… no sé cómo
explicarlo, el estar ebrio triste fueron parte de todo… pero luego, darme
cuenta que todo a tu lado era normal que hasta ese tipo de situación se sentían
correctas, normales… Me aterré, aún estábamos estudiando, aún habían cosas que
podrían cambiarlo todo y yo…
— Puedo imaginar las cosas que pensaste…
— Tu familia y la mía siendo tan tradicionales, el querer que formáramos
una familia, tener grandes puestos empresariales, esa era nuestra tarea…
llevarles una linda chica de novia, una que fuese perfecta para darles nietos y
así seguir con la descendencia.
— Lo sé…
— ¿Entonces?
— Yo jamás me quise hacer ilusiones contigo, me conformaba con estar a
tu lado, con poder cuidarte, con poder vivir etapas juntos… siempre me pregunté
si lo que sentía por ti sería duradero, yo sólo rogaba que no doliera mucho.
— Minho…
******
— Nickhun ah. —Llamó al menor, sonriendo suave para que viera que ya
todo había pasado.
— ¿Dónde están?
— Con Changmin. —Junsu lo sabía, ese chico por dos años había estado
tras Minho y desde que conoció lo que provocaba la presencia de Shim en Minho y
Yoogeun le alteraba. Había conseguido en poco tiempo el cariño del hijo de
Minho y él en cambio aun no podía estar tanto tiempo con él sin sentir que le
rechazaban.
— Comprendo.
— Nichkhun ah… Sabes que en mí conseguirás apoyo. ¿Verdad? —El menor
asintió. —Entonces, acepta el trabajo en China. Debes hacerlo por tu bien y por
el de Minho… ahora él no piensa en una relación con alguien, no después de todo
lo que ha tenido que pasar y el que estés ahí presionando puede provocar todo
el efecto contrario.
— Junsu hyung… yo lo amo. Por dos años lo he intentado. He sido
paciente, he escuchado todo… le he comprendido pero pareciera que por más que
trato de entrar en su vida hay algo que me saca de ella. —Dijo con cierto tono angustiado, Junsu se quedó mirando a su dongsaeng, estiró su brazo izquierdo y comenzó a acariciar su rostro con cariño.
— Fuerzas mucho las cosas, dongsaeng. No debes hacerlo, debes pensar
también en ti y no forzarlas… luchar por el amor de alguien no quiere decir que
te le pegas, que le atiborras con tu presencia, no a todos le gusta ese tipo de
actitudes y Minho es un chico que vivió presionado por su familia, aceptando lo
que otros quieren, él recién comienza a vivir la vida que él quiere, y ha sido
tan difícil, pero eso no quiere decir que lo tengas todo perdido o todo ganado,
solo quiere decir que Minho va a su propio ritmo y el de su hijo.
— Lo entiendo.
— Quédate, asegúrate de hacer un buen trabajo, puedes seguir al lado de
Minho, con la calma que merece, pero acepta ese trabajo en China, también debes
pensar en ti y en lo que deseas.
Junsu mostró ese carácter nuevamente, mostró que no era cualquier chico,
que por más que ese rostro te engañara, no era un idiota, él sabía lo que
sucedía a su alrededor, trataba de dar la mirada fría a los problemas, y
siempre tendía su mano, aun cuando él mismo estuviese dañado. Yoochun pensaba
que era imposible seguir conociendo facetas de aquel chico, se preguntó en ese
momento si alguien daría esos concejos al menor de aquel modo tan cariñoso…
¿Junsu tenía alguien quien le apoyara?
*****
Changmin dio una mirada frágil a Minho. Era difícil para él escuchar
esas palabras dichas por el menor de tal modo.
Era su mejor amigo y tal vez la persona más importante que pasó por su
vida, era quien le había dado un hijo, el pequeño más precioso de todo el
mundo, y si le preguntaban… jamás cambiaría la existencia de Yoogeun por nada
del mundo.
— Hay cosas que no entiendo, Minho… y aun cuando me negué a creerlo
siempre lo supe desde la primera vez que lo vi, ese día… cuando estaban por el
parque… ese mismo día pensé que ese chiquillo era como un tesoro, como si
hubiera encontrado lo que faltaba en mi vida. —Comenzó a decir, con su mirada
puesta fijamente en la de Minho. —Siempre supe que Yoogeun era parte importante
de mi vida… mi hijo, y por más que lo pienso no hay forma de encontrar aunque
sea un aspecto negativo de aquello.
— ¿Por qué? —Minho se mostró afectado, no quería escuchar esa palabras,
él necesitaba irse de Corea, estar en Japón y descansar de tantas cosas que
habían estado sucediendo desde que llegaron a aquel país. —No digas esas
palabras, yo debo irme.
— Lo sé… —El menor le miró sorprendido ¿No que Changmin quería que no se
fuera? ¿Entonces por qué respondía aquello? —No quiero que lo hagan, pero sé
que lo necesitas… porque he visto la dureza de tu padre, he visto lo duro que
fue para ti los problemas que trajo en tu vida Sunhee, sé que lo necesitan,
Yoogeun lo necesita… pero yo. —Respiró hondo.
—No quiero que me borren de sus vidas…
“Porque no quería ser opresivo en aquel chico, lo entendía… lo sabe, lo
comprende… lo puede ver: Minho necesita un respiro de su vida en Corea.”
— Quiero poder ser el padre que merece Yoogeun… quiero ser también esa
parte en la que puedas contar cuando tengas problemas, que veas que no estás
solo, que hay alguien más que daría su vida por el bienestar de Yoogeun. —Changmin
dijo con toda sinceridad. —Dame esa oportunidad, de cuidarle a ambos, no me
alejes de lo único bueno que he hecho en mi vida, por favor.
Y eso había sido demasiado, él no podría pedir nada más.
— Entonces… espero que puedas visitarnos cuando tengas tiempo, Changmin
hyung. —La voz de Minho sonó calmada, como si un pesó enorme se alivianara
sobre su espalda.
Shim suspiró relajado, con ganas de llorar, pero no lo haría, aún seguía
siendo el hyung.
— ¿Estarás en Japón por mucho tiempo? —Minho negó.
— Pensaba hacerlo, pero la verdad solo voy por unos problemas que hay en
la empresa en Japón, luego, probablemente vuelva a Corea, si las cosas se dan
de ese modo.
— Entonces… —Changmin elevó su mirada al techo. Como JunSu había dicho…
Debía dejar de pensar tanto las cosas, no había persona en ese mundo que
conociera mejor a Minho, además… no había forma de negar cuanto amaba a
Yoogeun, era su hijo, su pequeño, su orgullo.
******
Nichkhun suspiró, Junsu tenía razón, lo sabía… pero era tan difícil
hacerse a la idea de que era mejor dar un descanso a todo, de que debía pensar
bien las cosas, tal vez estaba presionando mucho a Minho, y ciertamente ha
visto todos los problemas que ha tenido que pasar el menor, si quería ganarse
su corazón tenía que entender entonces el silencio de éste.
— Minho. —Escuchó decir Junsu, levantó su mirada y vio llegar a Choi con
Yoogeun en brazos de Shim.
— Los chicos dijeron que ya llegaban, están en la entrada. —Les hizo
saber Minho, con una sonrisa relajada sobre sus labios.
Junsu miró a ambos chicos, se veían bien, entendía por qué el
sentimiento de ellos, cuando eran menores, había surgido… era por esa
naturalidad con la cual se trataban, todo era espontaneo. Se conocían a la
perfección. Suspiró, se acercó a ambos menores he hizo una leve venia.
— Lo siento… a ambos, por mi descuido perdí a Yoogeun de vista, lo
siento mucho… enserio. —La voz de Junsu nuevamente sonó afectada, era como si
costase mucho serenarse últimamente.
— Junsu hyung… no debes pedir perdón, las cosas pasan por algo y tal vez
fue para mejor.
Minho se acercó a su hyung luego de decir aquello, él no podría enojarse
con su hyung ¿Cómo podría? Había sido quien más tranquilidad trajo en su vida,
Junsu siempre velaba por él como un gran hermano mayor.
— Yo no sé cómo lo haces… pero eres el mejor hyung que he conocido.
— ¡Yah! —Gritó Shim ¿Cómo que Kim Junsu había sido el mejor hyung?
— Es algo que ni tú puedes negar.
Luego de un rato Junsu, Minho y Yoogeun embarcaron. Jaejoong se deshizo
en pucheros porque sus dos pequeños se iban, Yunho sonreía divertido, su esposo
podía ser tan infantil y así lo amaba. Siwon había abrazado con fuerza a su
hermano menor, ahora esperaba que el lazo que les unía se hubiera hecho más
fuerte… porque eran la familia que tenían.
Heechul por tu lado abrazó a su hermano menor, acarició su espalda,
esperando que entendiera que no le dejaría solo por más lejos que estuviera.
Junsu necesitaba ese tipo de apoyo, porque Junsu no era como ellos, cuando
llegó a la familia desde un principio supo que era distinto, que su vida era
difícil… que sus recuerdos de su pequeña infancia hasta ese momento habían sido
de lo peor. Pero aun así… aun así trataba de sonreír a todos, para no
preocupar.
Heechul soltó un suspiro, solo pedía que su hermanito estuviera mejor,
ya luego le iría a ver para saber cómo estaba, le mimaría mucho, pero por ahora
lo dejaría tranquilo. Además estaba seguro que con Siwon aprovecharía el ir a de
viaje y disfrutar a pesar de que irían a ver a sus hermanos, negó con su cabeza
al sólo pensar en eso, todo estaría mejor. O al menos eso esperaba.
— Heechul ah.
El nombrado quedó estático, esa voz… No, no podía ser, con cierta
tensión en el cuerpo volteó a ver de quién se trataba, viendo a esa sofisticada
mujer de cabellos rojos, piel blanca, labios rojo, nariz respingada y ojos
turquesa… ¿Qué hacía ella en el país?
— Ma… madre… —Musitó Heechul, sorprendido, porque a esa hermosa mujer no esperaba verla en estas tierras tan lejanas a su mundo.
miércoles, 15 de octubre de 2014
Actualización Nº 53
Hola~ ~ sé que me he demorado en actualizar, pero les seré honesta, e faltaba poco por concluir el capítulo y tuve un accidente en auto, luego cuando me recuperé fue la hora de ponerme al corriente con los estudios, de hecho, justo en éste momento estaba haciendo un trabajo sobre Deglución atípica y sus efectos en la evolución o desarrollo del habla (Ella~~~xD).- Sí, cada día me pongo más nerd con la universidad, y es que desde que me cambié de institución me siento motivada con mi carrera, a pesar de que es la misma, aunque me canso de tanto estudiar, de tantas pruebas y de la exigencia, supongo que tomé una buena decisión al cambiarme hasta allá. Bien, me desvié del tema principal, yo quería comentarles algo divertido, se suponía que éste iba a ser el último capítulo de Hijo de la Luna, sí, como pueden leer... FINAL, pero pasó que cuando escribía no pude contenerme en las palabras y blah blah... que me queda todavía para un capítulo más y terminamos con mi idea de lo que sería Hijo de la Luna, se los comento más o menos para que se preparen, a los más tal vez exista un Epílogo donde terminaré de poner todo en orden, pero quiero que todas entiendan que el final estaba dispuesto desde que comencé a escribir el fic, solo tengan en cuenta de que yo odio los finales tristes, se los digo para que no se amarguen, pero no se ilusionen tampoco, que ya le quité todas las ilusiones a Nita hyung cuando hablábamos, y me dio entre risa y algo de "Oh por dios... croe que todas esperan lo mismo" bueno, eso me generó el reto de que debo terminar de escribir bien cada sentimiento, y si me va bien, si el fic al final es bien aceptado por una gran cantidad de personas, que claro, gusten de éste fic, tal vez en las vacaciones comience a escribir la secuela de HIJO DE LA LUNA.
Bueno, ya me alargué, les dejo el LInk ~ ~
Bueno, ya me alargué, les dejo el LInk ~ ~
Hijo de la Luna: Capítulo 31
Capítulo 31.
“Cause: Ellos se van. ¿Y si te quedas a mi lado?”
Departamento Park por la mañana.
Estaba durmiendo al fin,
luego de tantas noches en vela sin lograr hacerlo. Era extraño… pero cada día
era más difícil dormir sin pastillas, era más difícil si quiera el poder
descansar, pero luego de tomar esos té para relajarse y las pastilla había
logrado sentir una leve conciliación con su cama. Todo era “perfecto”, quitando
la parte de ese sueño que no lo dejó tranquilo, porque le había perturbado…
realmente perturbado, había tenido que levantarse de la cama de un salto, con
la respiración agitada y la angustia andando ¿Qué había sido aquello? Era el
sueño más vívido que había logrado tener en su vida.
No sabía cómo tomarlo,
si como algo malo, o como la simple sugestión de lo que había hecho.
Entró a la ducha y
esperó que su mente se relajara en ella, pero no pudo creer que fuesen
nuevamente todas esas imágenes en su mente las que llegaran de una sola vez.
Sueño.
El paisaje era realmente distinto a todos
los que había podido si quiera recordar, la noche era realmente hermosa, las
estrellas parecieran que podrían ser tocadas, el aire fresco rosaba su piel, lo
sentía, era grato, le gustaba de verdad.
Pero no era como si quisiera cambiar lo
que sus ojos veían en ese momento, era solo que, sus oídos habían logrado
percibir ciertas notas, ciertas letras que le habían llamado la atención. Con
curiosidad comenzó a buscar de dónde procedía aquella voz, la buscó por todo el
bosque nocturno, hasta que le encontró, su vista quedó prendada en aquella
imagen semi desnuda que se mostraba ante él, las gotas recorrían esas piel
expuestas, que maraca esos torneados músculos, que no eran ostentosos, pero
eran la prueba fija de que aquella persona era un chico que estaba jugando con
el agua mientras cantaba con diversión, pero era extraño, por primera vez veía
a alguien en su país con ese color de cabello… a la luz se tornaban leves
rallos de color rojo rojas. No había podido despegar sus ojos de esa silueta
hasta que le vio voltear, aun risueño, con unos radiantes ojos carmesí que
interrumpieron el rumbo de todo pensamiento que pudiera si quiera llegar a
tener en ese momento.
— ¿Sabe? No es cortés que esté ahí,
observando de aquel modo. —Se preguntó mentalmente cómo es que le había visto,
si se encontraba tras de un árbol, en silencio.
— Yo no… no pretendía espiar… —Musitó
mientras salía de su escondite. Aquel joven tomaba una pequeña tela para poder
secar la humedad de su cuerpo antes de comenzar a acomodar su Hanbok.
— Lo sé. Pero no se movió de su lugar,
joven amo. —El pelinegro le miró un momento más, cuando luego se percató de que
había perdido su vista nuevamente en el chico. — Joven amo… joven amo… ¡Joven
amo! –Terminó por llamarle el pelirrojo con algo más de fuerza en la voz, solo
de ese modo aquel chico de costosas ropas reaccionó.
— ¿Eh? Dis… disculpa…
perdón. ¿Qué decías? —Preguntó con cierto aire perdido, el chico frente a él
solo soltó un suspiro.
— Este no es lugar para
usted. Es peligroso, podrían atacarlo… ni si quiera está con su escolta real.
— ¿Cómo sabes quién soy?
— Preguntó algo aturdido.
— Yo… Joven amo… trabajo
en el palacio. —Respondió con una sonrisa sobre sus labios, una sonrisa tan
pura y cristalina, que llegó a dar una sensación de conforten el corazón del
pelinegro.
— Nunca te había visto.
—Respondió apenas.
— El joven amo por lo
general no sale de su habitación. ¿No? —Aquel joven frente a él hizo un gesto
con su mano de que siguiera cierto camino. —Vamos, lo guiaré hasta el palacio.
En éstas condiciones, el joven amo no debería salir sin escolta.
— ¿Tú también dirás
aquello? —Preguntó el pelinegro con cierto reproche.
— Joven amo, no se
moleste. Pero ciertamente el mundo es hostil, y no dudarán en dañarle. No me
sentiré tranquilo si dejo que se vaya sólo y le sucede algo en el camino. Deje
que lo escolte al palacio. —Pidió con tono afable, sin perder esa sonrisa
tranquila de sus labios.
— Vale… pero… Solo si
respondes a una de mis preguntas.
— ¿Cuál sería?
— ¿Qué hacías en el
lago?
— Oh… eso. — Aquel chico
sonrió con cierta diversión. —Solo limpiaba lo que debía ser limpiado. Éste
lugar tiene un cierto aire puro, nada más… es el mejor lugar para poder
purificar lo que ha sido corrompido. —Comentó hacia aquel chico que le
preguntaba.
— Uhmm… supongo que es
una buena respuesta.
— Lo es para mí. Oh… Llegamos.
Comentó el pelirrojo,
dejando ciertamente confundido al pelinegro.
— ¿Cómo llegamos tan
luego? Yo demoré mucho en llegar hasta allá.
— Hay personas que dan
muchas vueltas y giros antes de llegar a dónde deben hacerlo. Demoró mucho,
solo por eso, joven amo.
El pelirrojo tocó las
puertas y anunció al príncipe del palacio.
— Bien. Ahora me retiro.
—Dijo el chico, haciendo una reverencia. El pelinegro dio un paso hacia
adelante tomándole del brazo.
— Es muy tarde, quédate…
puede pasarte algo si te vas a esta hora a tu hogar. —El pelirrojo le miró un
momento, deteniendo su paso, mostrando la confusión que le generaban aquellas
palabras. —No podré estar tranquilo si te vas de noche, podría pasarte algo…
con éste ambiente tan hostil. —Se excusó el pelinegro, de la misma forma que él
había hecho antes para escoltarle hasta el palacio.
— Joven amo, usted no me
conoce. No es bueno que le diga esas cosas a un extraño. —Le
hizo notar al pelinegro.
— Tú y yo no lo somos…
¿O me equivoco?
— No lo hace… pero aun
no es tiempo, amo Yoochun.
— Entonces… dime quién
eres.
El chico frente a él se
soltó de su brazo, con una sonrisa sobre sus labios se fue alejando.
— Junsu.
Respondió antes de irse.
End
Ese había sido el primer sueño antes de cambiar a uno completamente
distinto. Que tal vez le trastocó un poco más.
Sueño.
— No quiero escolta.
Solo estaré en el patio, hay muchas personas y guardias ahí. —Pidió con el tono
autoritario que debía de tener.
— Joven amo… pero su
padre… —Trató de hacerle entender uno de sus sirvientes y escolta personal.
— Yo hablaré con él.
Estaré en el jardín, no iré a ni otro lado más.
Aquel hombre no supo si
quiera decir, y es que era tan extraño que el joven amo quisiera salir de su
habitación, que no pudo seguir reteniéndole, menos cuando fue con aquella
sonrisa sobre sus labios por quién sabe qué cosa.
Cuando el pelinegro
llegó al patio vio el inmenso jardín que había. ¿Cómo le iba a encontrar en tan
grande lugar? Camino, mirando atento a cada lugar, quiso preguntarle a alguien
sobre Junsu, pero justo en ese momento no había nadie.
Luego de haber estado un
buen rato en eso de buscar a aquel chico, y ya con una mueca de molestia
surcando su rostro escuchó nuevamente aquella voz, se quedó quieto esperando
identificar de dónde venía aquella melodía.
— ¡Junsu! —Le llamó al
verle, cuando lo hizo el nombrado dejó de cantar y le miró con una sonrisa
encantadora sobre sus labios.
— Nuevamente dio muchas
vueltas antes de llegar. —Le comentó con cierto tono divertido, haciendo que el
pelinegro perdiera su sonrisa y frunciera el ceño. El pelirrojo apuntó hacia
arriba de su cabeza haciendo que volteara… Su habitación estaba ahí, su ventana
daba justo a ese lugar del jardín.
— No puede… ser… —Musitó
sorprendido.
— Amo Yoochun. —Escuchó
la voz del menor, haciéndole voltear terminando con el rostro el aquel chico
cerca del propio. —Es un gusto verle de nuevo. —Escuchó la voz ronca y a la vez
suave de ese chico, haciendo que sus mejillas se ruborizaran por completo.
End
Salió del baño, con el corazón latiendo a miles ¿Por qué había soñado
con eso…? ¿Por qué justo que había logrado dormir tuvo que soñar con el
pelirrojo? ¿Por qué de algún modo su corazón latía emocionado por haber tenido
esos sueños, esa imagen de un Junsu en la antigüedad sonriendo de esa manera
por él?
— Simplemente estoy loco… yo no… —Soltó un suspiro agotado. Desde que
terminó con Junsu, algo había cambiado en su vida, algo se había vuelto extraño
y agotador, era agobiante salir de su casa, era agobiante darse cuenta que
aquel chico ya no iba a las reuniones que sus empresas tenían… era como si algo
le faltase, todo se había vuelto tan vacío… todo tan monótono, y que cada
detalle pesara mucho en su consciencia… al igual que su última imagen de él… de
esas lagrimas que surcaron esas pálidas mejillas esa noche que por accidente se
toparon, ese momento sintió que algo en él se quebraba… pero él había buscado
aquello, él había decidido como mejor el terminar con el menor cuando se dio
cuenta que dolía ver a Siwon tan loco por Heechul.
¿Qué mierda pasaba con él?
Estaba colocándose unos pantalones holgados cuando el timbre le hizo
salir de su hilo de pensamientos. Caminó hasta la puerta, miró por el rabillo
antes de abrir la puerta.
— Que mal luces, Yoochun. ¿Quién se murió? —Preguntó en un total tono
sarcástico.
— Gracioso… —Respondió con voz parca el mayor. — ¿Qué necesitas,
Changmin?
— Te necesito a ti, necesito que me acompañes al aeropuerto.
Yoochun miró con cierta curiosidad al menor. Su tono de voz había
cambiado, al igual que su expresión facial.
— ¿Qué pasa, Changmin? —El nombrado solo le miró con cierta suplica en
los ojos, que lo hizo suspirar. —Solo deja que me cambie. Changmin solo asintió
dejándole caminar hasta su habitación.
Changmin esperó a que el mayor se cambiara, sabía bien que era temprano
y que por lo general los días de descanso Yoochun los usaba realmente para
ello. Soltó un suspiro, esperaba que todo saliera bien… de verdad que lo
esperaba… No quería volver a equivocarse.
— Vamos. —Dijo Yoochun cuando ya se hubo cambiado de ropa y caminaba
hacia él. — ¿Vienes tú en auto? —Changmin negó con la cabeza ante la pregunta
que le mayor le hiera. — ¿Por qué no? —Volvió a cuestionar el pelinegro cuando
salía de su departamento, Changmin actuaba tan extraño y más que nada porque
ahora no contestaba, solo miraba el suelo mientras el ascensor bajaba. — ¿Me
contestarás?
— Sino llego a tiempo… jamás seré feliz, Yoochun ah… —Musitó el menor.
Yoochun simplemente no supo qué cuestionar, de repente su dongsaeng se veía
envuelto en cierta aura tan inestable, como oscilar entre la felicidad y la
tristeza.
— Soy un buen hyung… vamos. —Apenas y dijo eso quitó el seguro de su
auto y esperó a que el menor se subiera.
******
Casa Jung.
— ¿Algunos de ustedes sabe por qué Junsu se unió al viaje? —Preguntó al
aire KiBum cuando estaba en casa de su hermano, pues tanto Jonghyun como
Jaejoong parecían tan preocupados por él que se habían puesto de acuerdo con
que debían cuidarle mucho y que sería bueno tener a Yunho cerca porque era un
caso especial, y más ahora que JunSu estaría lejos de ellos.
Jaejoong estaba en silencio mientras terminaba de beber su café, Yunho
estaba por llegar a casa, pues había sido quien se ofreció a llevar a Dain al
jardín, así no sería tan difícil para ella el hecho de que su primo ya no
estaría cerca. Soltó un largo suspiro.
— Se notaba tan triste… como si estar aquí fuese muy doloroso.
— Tal vez y lo sea, Kibummie… tal vez Junsu encuentre doloroso estar
aquí, tal vez solo quiere cuidar a Minho, darle su apoyo como siempre lo ha
hecho.
— Puedo entender que se preocupe, hyung… no me quejo… el caso es que esa
mirada. —Jaejoong masajeó el cuello de su hermano menor. —No quiero que piense
que está solo… él siempre…
— Lo sé, dongsaeng… —Le interrumpió. —Lo sé bien… pero Junsu ha sufrido
más que todos nosotros juntos. —Kibum bajó la cabeza y apretó la tasa entre sus
manos. —Déjalo, tal vez le haga bien el irse.
— Lo dejo… lo hago… pero me siento preocupado por él… es como si una voz
me dijera, no lo dejes ir.
— Prometo que hablaré con él, solo demos a Junsu éste tiempo, sé que lo
necesita, cada parte de él lo ha gritado estos últimos meses.
— Lo sé…
Jaejoong se levantó de su lugar y se colocó tras su hermano para poder
abrazarlo con cariño de tal modo de calmarle, no quería que su pequeño
estuviera cargando tantas preocupaciones.
— Lo mejor para Junsu es que tú te cuides y nos des un hermoso y sano
sobrino.
Kibum sonrió cariñoso, con cierto atisbo de diversión en sus facciones.
— ¡Boo! ¡Vamos! —Gritó Yunho desde la entrada.
El mayor de los hermanos besó la mejilla del menor antes de alejarse. —Llama
a Jonghyun, estamos listos para irnos. —Kibum asintió con la cabeza antes de
levantarse de la mesa para ir por su novio que luego de haber comido algo
volvió a la cama a descansar un poco.
- Jong… Jong ah… —Le llamó justo cuando entraba a la habitación que
usaban cuando se quedaban en la casa del Yunjae. —Jong… —Se sentó al lado del
cuerpo de su novio, le contempló un momento dormir, se veía tan lindo de esa
manera, indefenso, así… como era realmente. — Gracias… —Susurró bajito mientras
acariciaba su rostro. Se inclinó un poco hacia el rostro ajeno y besó con
suavidad sus mejillas. —Oye… despierta, debemos irnos, Jong.
Apenas dijo aquello aquel chico comenzó a abrir sus ojos, miró con
cierta confusión a su estrambótico chico antes de entender lo que pasaba a su
alrededor.
— Uhm… claro… entiendo… —Se levantó de a poco de la cama, desperezando
un poco su cuerpo del sueño que aún le invadía. — ¿Vamos? —Preguntó con una
linda sonrisa sobre sus labios, para luego inclinarse y dejar un beso en su
vientre por sobre la ropa. —Hola, bebé. ¿Vamos a dejar a los tíos? Dile a omma
que se levante de la cama.
Kibum soltó una risa divertida, ¡Ah! Qué tan idiota y adorable podía ser
su novio, ese chico… ese chico, le mataba con ese aire risueño y resuelto.
— Ok, ok… me muevo, pero ya levanta tu trasero que nos esperan.
Jong sonrió de manera infantil, viendo a su chico levantarse de la cama.
Hasta hace poco había tenido miedo de eso, de lo que sucedía, de tener ese tipo
de relación con Kibum, de tener ese tipo de relación que iba más allá de un
compromiso de palabra, claro… hasta hace poco; el miedo que tenía ahora era tan
distinto, y distaba tanto de sus primero miedos.
— “Si los pierdo me muero…” — Pensó con una sonrisa algo más
alicaída.
*****
Aeropuerto de Incheon.
Minho, Yoogeun y Junsu ya estaban esperando sentados en su lugar, su
vuelo se había retrasado por una hora completa, por un tema de que esperaban
una interconexión proveniente de China. No era como si pudiesen alegar por
aquel hecho, esas cosas tendían a pasar con frecuencia y ciertamente no se
molestaban, eso les daba algo más de tiempo para organizar todo en su lugar.
Tampoco era que se fuesen a un país tan lejos, solo era Japón a unas cuantas
pocas horas de su propio país.
— No se te olvida nada ¿Cierto? —Minho negó con cabeza, algo divertido,
claro… porque Junsu andaba algo perdido en sus pensamientos, ya le había
preguntado lo mismo unas 6 o 7 veces.
— Hyung… calma, y sigue en tus pensamientos. —Junsu le miró con cierto
desconcierto antes de asentir algo avergonzado, Minho le había descubierto.
— Lo siento. —Musitó con voz queda ante la mirada de Minho.
— Está bien, está bien…
— Minho… —El nombrado volteó su cuerpo al sentir su nombre ser
pronunciado, se levantó de su lugar y caminó hasta su chico, Yoogeun se había
quedado en su lugar, frente a su tío Junsu que miraba sus pies con aire
distraído.
— ¿Qué sucede, Nickhun? —Preguntó el menor, con una sonrisa suave sobre
sus labios, él no quería sentir aquella sensación tensa que había quedado entre
ellos hace unas semanas luego de haberse besado.
— ¿De verdad tienes que irte ya? —Esa pregunta no se la había esperado. —
Que te vayas ahora… ¿Por qué? No quise preguntar antes… pero la duda me mata,
qué te hizo irte tan rápido.
El menor le observó un momento, preguntándose cómo debía responder esa
pregunta, porque ciertamente Changmin tenía que ver, porque estaba abatido de
todo lo que en su alrededor pasaba, de lo que Changmin destruía con su sola
presencia, ya no quería más de eso, quería un lugar tranquilo.
— Minho…
— Ciertamente, no hay nada que me retenga en éste lugar, Nickhun ah… -Su
amigo le quedó mirando sin saber qué decir. ¿No había nada? —No lo tomes a mal,
pero éste sitio ya no es mi hogar, hace cinco años dejó de serlo, dejó de estar
mi casa, lo único que me quedaba era un hermano y cuatro amigos, pero no había
futuro y con un niño en camino… esas dos “cosas” no son suficiente. Aunque tuve
suerte, porque esos cuatro amigos, hicieron para mí un nuevo hogar, Kibum y
Jonghyun tomaron mi mano, aun si yo no lo pedí…
me sostuvieron y me llevaron con ellos, me dieron una familia nueva allá
en Japón… ese lugar es mi hogar, ahí… ahí tuve que crecer de nuevo, tuve que
aprender desde cero, como cuando recién naces, pero te sientes como un extraño…
no quiero hacerlo de nuevo. — Y su tono matizó entre cierta tristeza por esos
recuerdos y a la vez aquella felicidad que logró obtener en esas tierras, Japón
se había vuelto en su hogar, el de Yoogeun y el propio.
— ¡Yoogeun!
Tanto Minho como Nichkhun levantaron la mirada al escuchar aquel grito
proveniente de la voz de Junsu.
*****
Estaba jugando con Yoogeun cuando Minho y Nichkhun se apartaron de ellos
para ir a hablar, ciertamente estaba entretenido con el menor pues le había
quitado de aquel letargo en el que de repente parecía entrar.
Yoogeun sonreía de manera cristalina ante cada broma que hacía, reía con
esa risita de niño travieso que tanto había aprendido a valorar… ah… como
envidiaba de algún modo lo que Minho tenía, porque Yoogeun era un tesoro, y
estaba seguro que Minho no lo cambiaría jamás en su vida, estaba seguro que ya
ni si quiera podría decirse como si fuera el “mejor error de su vida” sino como
aquel milagro que dio esperanzas en su vida.
— Tío Jun… quiedo dulces. —Pidió el menor haciendo un pequeño puchero
encantador, y porque claro, sabía que con ese puchero su tío Junsu le daría su
tan ansiado dulce, esos bombones que le encantaba y que siempre el mayor le
daba.
— Ok, te daré. Pero quédate quito, ni te muevas. —Le pidió mientras le
miraba de reojo. El menor asintió, porque le gustaba obedecer, más si de por
medio estaba aquel chocolate.
— ¡Sí! —Contestó animado, y esperó sentado mientras su tío Junsu
revisaba en su maleta lo que iba a darle. —Hay que esta... quieto. —
Canturreaba el menor.
Junsu sonrió divertido mientras escuchaba el menor él seguía buscando en
sus maletas, de verdad es que no recordaba en dónde los había dejado, frunció
un poco el ceño tratando de hacer memoria ¿Dónde los había dejado? ¡Cierto!
Estaban justo en bolso pequeño que traía consigo, el que estaba al lado de
Yoogeun… He hizo una pausa a todos sus pensamientos porque Yoogeun de la nada
había dejado de cantar ¿Por qué? Se volteó a mirar algo asustado.
— Yoo… Yoogeun… —Miró a su alrededor pero no estaba. ¿Por qué? Solo
habían sido segundos los que su mirada se había desviado. — ¡Yoogeun! —Le llamó
preocupado, tal vez se había ocultado.
— ¡Junsu! — Escuchó la voz del menor que llegó asustado mirándole, y
sabe bien que su propia preocupación no ayudó mucho. — Yoo…
— Lo siento… solo… solo buscaba dulces, estaba ahí cantando… Minho.
— Hay… Hay que buscarlo.
Y los tres asintieron. El caso era que cuando Nichkhun trató de
acompañarles, Junsu le retuvo de un brazo, con una mirada indescifrable, a la
cual Nichkhun ni si quiera pudo protestar.
— Yoogeun no te tiene mucho afecto, no tienes esa conexión, pero si te
ve aquí te reconocerá, estando asustado igual vendrá hacia ti.
Nichkhun aquello lo entendía, y sabía bien que debía hacer caso a las
palabras de Kim, en especial porque sentía que era lo más correcto con solo
mirarle a los ojos. Minho miró con cierto desconcierto a Junsu, pero de la nada
Junsu se veía demasiado perdido, nuevamente, miraba hacia cada lado de manera
analítica.
— Junsu ah… —Musitó el nombre del mayor con cierto desconcierto y una
preocupación abrumadora. Trataba de entender la mirada del mayor… ¿Qué pasaba
con Junsu? Parecía que oscilaba entre su personalidad y alguien más.
— Yoogeun está bien, solo vio a alguien y fue corriendo a buscarle,
Minho…
¿Qué? Perseguir a alguien…. ¡Esperen! ¡Yoogeun una vez lo había hecho! Y
esa vez… corrió… solo por esa persona, solo por él salía corriendo sin escuchar
a nadie más.
— Lo entiendes, por favor… Minho, apúrate… llámalo. — La voz de Junsu
sonaba angustiada y firme.
Minho, se sintió de repente confundido, Junsu trataba de decir que… No
podía ser cierto que estuviera…
“Changmin estaba en el aeropuerto”
— Trata de contactarlo, mientras buscamos… por favor. — Junsu le jaló
con él, y le hizo recorrer cada rincón mientras él intentaba una y otra vez
contactar a Shim.
“Por favor… contesta… Hyung…”
Pidió algo abrumado… ¿Por qué ese maldito lugar tenía que ser tan
grande?
*****
— Bien… Changmin ya llegamos. —Le hizo saber el pelinegro al moreno.
Changmin respiro profundo mientras bajaba del auto y entraba con cierta prisa
al lugar, dejando en el auto su celular, no estaba con tiempo para preocuparse
de aquel aparato, él solo quería encontrar al menor y a su hijo, sea como sea
debía de encontrarlos antes de que fuera demasiado tarde.
Yoochun bajó del auto con el menor, es que ciertamente algo le hizo
querer acompañarle, como si algo le dijera que éste era un momento importante
en la vida de su amigo y necesitaba la compañía de alguien, necesitaba que
alguien le contuviese. No dijo si quiera una sola palabra y solo le siguió.
Changmin estaba ofuscándose cada vez un poco más el maldito lugar era
enorme, pero Junsu le había dicho la hora a la que estarían en aquel lugar, no
debía ser tan difícil encontrarles, porque en ese momento no se iba a
equivocar, a pesar de que no tuviese más palabras que un simple “Perdón… soy un egoísta, no se vayan… les
necesito en mi vida”.
Egoísta… egoísta… lo era, porque no quería dejar ir a su amigo de
infancia, no quería dejar ir a su hijo… dios… ¡Su hijo! No de nuevo, y por ello
corrió algo más asustado, porque necesitaba encontrarlos, cuando los viera
sabría que todo está bien. Y sin notar
pasó cerca de donde se encontraban las maletas de quienes buscaban, pero Junsu
estaba agachado buscando los dulces mientras Yoogeun le miraba atento… pasó,
sin verles desesperado por encontrar a Minho en ese maldito lugar inmenso,
ajeno al hecho de que cierta personita le vio pasar, esa misma persona que se
levantó de su asiento todo emocionado y corrió en su búsqueda, porque su alto
hyung favorito, aquel que le hacía sentir como su omma estaba en aquel lugar
sin la bruja a su alrededor, al contrario, estaba con ese chico pelinegro que
siempre acompañaba a su tío Junsu, entonces ese chico no podía ser malo si tío
Junsu lo aceptaba a su lado, y con consideró mal ir en su búsqueda…
Porque se trataba de Changmin… a quien le encantaría tener como su appa,
lo quería tanto que no podía evitar correr tras él.
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