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jueves, 31 de octubre de 2013

Hijo de la Luna: Capítulo 28

Capítulo 28.

 

“Hay cosas que jamás lograrán controlarse, como los sentimientos (Parte 2)”

 

 

 

Minho había entrado a la oficina luego de que Junsu con una sola mirada le dijese que estaba bien, que no le preocupara la presencia de Yoochun, él se las arreglaría y él confía en Junsu y sus palabras.

 

 

- Minho…

 

La voz de Siwon sonó débil, tan dolida.

 

 

- Hola… hyung.

 

 

 

*******

 

 

Luego de que Minho entrara a la oficina del mayor, se hizo aquel silencio incómodo entre el pelinegro y él, uno que la verdad, jamás creyó que se crearía entre ambos.

 

 

- Junsu… yo… -Yoochun comenzó a decir apenas, sin saber cómo tratarle, ni qué decir, tenía unas ganas de salir corriendo y no tener que verle.

 

- En la azotea. –Pidió Junsu, para él, Yoochun era como un libro abierto, sabía bien las pocas ganas que éste tenía para hablarle.

 

 

Hay cosas que es mejor simplificarlas y ya no mortificarse, ese día le diría adiós aquella persona, aun si eso no es lo que quiere, aun si su corazón le grita que le reproche todo, que no actúe de manera tan madura.

 

Caminó a paso lento para subir las escaleras, tratando de retrasar un poquito, aquella despedida para quedarse con un algo más de recuerdos, a pesar de que fuesen tristes, quería sentir un poco más la compañía del pelinegro.

 

Cuando salieron hacia la azotea el viento meció sus rojizos cabellos, mostrando aquella imagen frágil ante los ojos del mayor.

 

 

- Supongo que ahora puedes hablar… -Musitó Junsu, parado de lado.

 

- No sé cómo decir las cosas. –Respondió Yoochun con sinceridad, bajando la cabeza, en ese momento ya no quería seguir mirando al menor… Había olvidado aquella aura que siempre le rodeaba: Tan misteriosa y solitaria, pero a la vez tan atractiva y cautivadora.

 

- ¿Hay alguien más? – Junsu miró hacia el frente, con sus brazos a cada lado de su cuerpo, mordiendo su labial inferior en señal de nerviosismos, con el corazón latiendo rápido, sin ganas de escuchar ni una respuesta a su cuestionamiento.

 

- Sí… -La respuesta de Park hizo eco en los oídos del menor, quien cerró fuertemente sus ojos tratando de retener las lágrimas, no iba a derrumbarse frente a nadie, menos frente a él. –Él me necesita...


Junsu sonrió suave y abrió sus ojos, él también le había necesitado, había llorado por noches enteras por poder si quiera tener una sola palabra... él le necesitó... justo, igual como ahora le estaba necesitando su ya desesperado corazón, pero a Yoochun no le importaba, dejaba entre ver que jamás le importó... Entonces, ¿Para qué seguir creyendo que en algún momento aquel chico le entienda? No había caso en si quiera albergar una mínima esperanza, y así lo haría. Porque esto iba más allá del amor que sintiera por el pelinegro, dejarle de esa manera, con los sentimientos en manos y un montón de dudas solo demostraba que el mayor no sentía realmente “amor” hacia él, que había caído en sus palabras, había caído como un idiota enamorado… le dejó ir más allá de lo permitido. No, no había vuelta atrás.

 

- Cuida bien de él, entonces. –Su voz fue suave, si Yoochun pensaba que habían cosas más importantes que si quiera pedirle disculpas por haberle dejado, sin palabra alguna de por medio, entonces no había necesidad de seguir esperando. -Yo haré de cuenta que esto jamás pasó.

- Junsu... –Yoochun quiso decir algo, levantarle los ánimos, quitar aquella sonrisa melancólica por una tranquila… Quería por todos los medios evitarle tristezas, irónico, pues en ese instante le dejaba entre ver que estaba interesado en otro.

- Tranquilo, ya me hice a la idea de esto… Tuve muchos días para hacerlo… –Junsu le miró sonriente, aun si por dentro estaba destrozando, eso era algo de él, de nadie más y mucho menos de Yoochun, a nadie más que él tendría que importarle su tristeza. –Desde un principio esto nada más era algo pasajero…


Yoochun le miró algo desconcertado. Esas palabras dejando un vacío angustiante en su pecho.


- Solo que yo di paso libre a otras cosas… Me dejé llevar por palabras, que ahora veo eran vacía. Siempre he sido algo torpe para estas cosas. Creí que las promesas habían sido importantes para ambos lados y no fue así. –Le recordó al pelinegro sus primeros acercamientos, las promesas hechas cuando se aventuraron a tener esa relación, sin quitar su sonrisa aun si sus ojos le traicionaban y mostraban lo lastimado que estaba. –Ya obtuviste de mí lo que quería y es hora de despedirse. Al final de cuenta pasé a estar en tu lista. ¿No? –Y no pudo evitar cierto reproche salir de sus labios, era humano, algo como eso era normal.

Yoochun negó, eso no era verdad, aun si ahora quería terminarle, él jamás el consideró como una conquista pasajera. - Eso no ciert…

- Lo es, por donde trates de mirarlo… es lo que parece. –Le cortó Junsu. –No te justifiques, la hora de las explicaciones pasó hace un par de semanas. –Junsu en ese momento se negó a escuchar si quiera una explicación... había esperado mucho y obtenido nada.


Soltó un leve suspiro, para luego sonreír al menos había en ese momento una despedida, una que podría recordar para tener siempre en la cabeza que entregar su propio corazón a alguien, era peligroso y que era mejor no arriesgarse, no era bueno bajar de aquel modo la guardia.

Al fin de cuentas él era el idiota, nadie más… por no hacer caso de lo que su cabeza decía por dejar que su corazón mandara por sobre todo. Porque nunca el amor del pelinegro le perteneció, y lo sabe bien, él dio su corazón a cambio de nada.


- Adiós…


Y lo peor es que ni si quiera podía irse con el corazón en mano, se iba con rastros de él, que ni siquiera podía sentir como propio.


- Adiós... –Terminó por decir el mayor.


Y graciosamente, esa palabra dicha de los labios del pelinegro terminó de quebrarle por completo. Se quedó ahí parado, en la azotea viendo como Yoochun se volteaba y le dejaba ir. Para el mayor era fácil dejarle, solo él quedaba con el corazón destrozado.


- Igual como aquella vez... –Murmuró recordando vagas imágenes de su pasado, él siempre lo supo, él jamás tuvo un “Por siempre” ni un “Nos volveremos a ver” como el resto de sus hermanos. Soltó un leve suspiro acongojado, tenía tantas ganas de llorar, solo que justo en ese momento se vio más solo que de costumbre, no había nadie que pudiera brindarle si quiera un hombro el cual mojar con lágrimas.

 

 

******

 

Parque.

 

 

Changmin estaba ahí, caminando con un rumbo fijo en su mente. Observó a su alrededor… cerca de este mismo parque había visto por primera vez a su hijo, a su Yoogeun. Esa vez había sentido como parte de su ser se completaba, había sido tan extraordinario para él aquel encuentro, era uno de sus mejores recuerdos… El día que conoció a Yoogeun.

 

El día en que conoció a su hijo… a ese ser adorable que se había ganado su corazón con creces.

 

 

******



- Minho. –Junsu llamó al menor cuando bajaba por una de las escaleras.


El menor volteó su mirada junto con su hermano mayor que en ese momento no le soltaba y le apachurraba con fuerza. Aquella imagen a Junsu le hizo sentir un porciento mejor, al menor había un mejor panorama para Minho y para su hermano Heechul.


- ¿Qué harás ahora? –Preguntó mostrándose tranquilo, como si en verdad nadie le hubiese roto el corazón en mil pedazos.

- Iré por, Yoogeunnie. ¿Irás a ver a Heechul hyung? –El abrazo de Siwon se hizo más fuerte.

Junsu asintió levemente con la cabeza. –Debo reemplazar a Kibum. 

- ¿Puede ir mi hyung contigo? –Preguntó Minho con cierto rostro infantil.

Junsu llevó su mirada al mayor y le sonrió –Claro, no veo por qué no pueda.   


Siwon soltó un leve suspiro al escuchar la respuesta del pelirrojo, ahora todo estaba dispuesto a que pudiera ver al chico peli anaranjado.


- Todo irá bien, si realmente quieres, Siwon ssi. –Musitó Junsu con una sonrisa sobre sus propios labiales. Siwon le observó, entendía algo más el motivo por el cual Yoochun se había fijado en ese chico, tenía una mirada tan tranquilizadora, así como todo lo que le rodeaba.

- Muchas gracias, por todo… -Respondió Siwon a aquel chico pelirrojo.

- ¿Podemos ir ahora? Kibum tiene que irse luego. –Comentó sonriente, además necesitaba pronto conversar con Siwon, pues veía en él tantas dudas.

- Ok, vamos. Minho te dejaré en la escuela de Yoogeun.


Minho negó a las palabras de su hermano, necesitaba ir lo antes posible hasta el hospital a ver a Heechul, entre menos demorase será mejor para ambos.


- Vayan ahora al hospital, entre menos demoren será mucho mejor. Yo puedo tomar un taxi.


Y los mayores asintieron. Minho tomó un taxi y ellos se fueron a paso raudo hasta el hospital para salvar la vida de Heechul.


- No dudes de tus sentimientos, Siwon ssi. Nada está perdido. –Comentó Junsu con voz afable. –Heechul te está esperando, créeme. Más que nadie sabes cómo es. Heechul se muestra de cierta forma, como un chico frío que no perdona nada, pero al contrario de ello él es un chico cariñoso, tierno que es muy fácil de dañar.

- Junsu ssi… -Siwon dio una leve mirada hacia el menor.

- Si tienes la oportunidad de amar y ser amado, no lo dejes ir… Heechul es el indicado, y tú eres el indicado para él.

- Ahora entiendo por qué Yoochun se enamoró de ti. –Dijo Siwon mientras conducía, con una sonrisa tranquila en sus labios. –Me alegra que hayas llegado a la vida de ese idiota, ya me estaba hartando de que solo se la pasaran en fiestas y ligando por ahí. –Siwon hablaba con tranquilidad, sin percatarse de cuan dolorosas eran esas palabras para Kim, porque Junsu no lo niega, le duele en el alma haber terminado con Yoochun, le duele en alma porque siente que ha sido traicionado de nuevo, y una pena de anteaño se propaga en él y le hace sentir aun peor.

- Hablas de él como si jamás se hubiese enamorado. –Comentó Junsu, mirando con aire despistado por la ventana lateral de su asiento.

- Pues que yo sepa, jamás lo ha hecho.


Junsu cerró sus ojos un momento, como le gustaría que eso haya sido verdad, que el corazón del pelinegro jamás haya pertenecido a otro… pero la realidad era distinta, y tal pareciera que jamás logró tener el corazón de Yoochun.


- Solo espero que no lo dañes, Yoochun es muy frágil, idiota… no lo negaré, pero es frágil. –Junsu abrió sus ojos y miró al mayor un momento.

- Jamás lo dañaría, para mí es importante su felicidad… a costa de todo, para mí Yoochun es importante. –Y esa era otra verdad.


¿Por qué tampoco quiso espetarle el hecho de haberle dejado solo en estos días tan difícil para su persona? La respuesta era simple… Yoochun no sabía manejar situaciones de estrés, tampoco era bueno confortando a alguien, era fácil dañarle… mínimos detalles le desestabilizaban, era tan fácil confundirlo. Era una persona que jamás ha alcanzado una estabilidad emocional real, es por eso que no iba a hacer nada para dañarle.


- Te creo, Yoochun tiene suerte. –El menor sonrió sutil, aunque realmente no sabía si Park tenía no suerte, cuando hablaron hace tan solo un momento… pudo ver que su corazón estaba afligido, pero no por él ni por el hecho de que estaban terminando la relación, era por esa persona dueña del su corazón la que dañaba al pelinegro.

- Nunca te alejes de él, Siwon ssi… Yoochun, realmente siempre necesitará de ti.

- No criamos juntos, hemos estado para el otro siempre y espero que sea así por otro “siempre” más.

El pelirrojo respiró hondo, eso al menos le dejaba tranquilo, sea lo sea que esté dañando al pelinegro, no iba a estar solo para enfrentar aquel dolor.

Aunque realmente no supiera que el causante de ese dolor era aquel chico a su lado que iba a enmendar el daño hecho a su hermano.


*****


Jardín Infantil.
RainBow.


- Aquí por favor. –Dijo Minho con una sonrisa animada, se sentía tan tranquilo luego de haber hablado con su hermano para solucionar aquel problema, aquel mal entendido que por poco y le cuesta a su única familia. –Gracias. –Salió del taxi luego de haber pagado el costo del viaje.

Respiró hondo, estaba sopesando nuevamente lo de volver a Japón, la verdad es que era tentador el irse, el poder descansar de todo lo que ha tenido que sufrir ese casi medio año que ya llevaba en Corea. El tener que enfrentarse a tantas cosas le tenía agotado…

Pero también estaba el hecho que si volvía a Japón, Yoogeun perdería toda oportunidad de ver a su appa.


- Pero él no sabe que Yoogeun es su hijo… él ni si quiera lo cree. –Musitó con voz baja.


Tenía muchas cosas en la cabeza que solo lograban agotarle… es que… ¡Por Dios! Changmin algún día formaría a su familia y él simplemente se iba a destrozar, porque era él… era aquel chico que cuando eran pequeños le confortó con cariñosas palabras para que no se sintiera mal, para que no pensara que sus padres no le quería… era quien le dio ánimos para seguir superándose ante todo, era su primer amor, su primera vez, el padre de su más grande tesoro. ¿Por qué no podrían ser las cosas más fáciles? ¿Por qué no mejor se enamoró de una linda chica y que esta correspondiera sus sentimientos? ¿Por qué debía enamorarse de su mejor amigo? De un imposible… que se quedaba en eso, en un imposible…

No era justo y lo sabía, pero jamás creyó que podría embarazarse, siempre creyó que esas cosas solo pasaban en la ficción: Un hombre en la vida real no puede concebir una vida.

Pero él, no era cualquier hombre. Era, como Junsu siempre le decía: Un hijo de la Luna. Una especie de leyenda pues podía concebir una vida.


- ¡Omma! –Un hermoso gritito llegó a sus oídos, sacándole de aquel mundo lleno de dudas, miedos y pesares. Ese ser podía sacarlo de la depresión más fuerte con solo oír su voz.

- Bebe… -Le sonrió tierno, acuclillándose para poder besar su frente. - ¿Cómo estás, hermoso? –preguntó Minho con una adorable sonrisa, tan adorable como la de su hijo.

- ¡Bien~! Hoy jugué mucho con Minha~ y me dio galletas y yo le di pastelitos de tío JiJi. –Contó su bebito todo emocionado porque tenía nueva amiga.


Minho le contempló sonriente, Yoogeun era tan lindo, inteligente y adorable… no puede negar que a veces le sobrepasa y le quita todas las energías, pero era un niño… uno hermoso que le ayudó día a día a no rendirse por nada del mundo.


- ¡Changmin hyung!


¿Changmin? ¿Dónde? Esperen… aquel gritito había sido de su hijo… ¡Su hijo! Aquel que ya no estaba frente a él contándole la historia sobre las galletas de tío JJ.


- ¡Yoogeun! –Se levantó de golpe, viendo que su hijo llenado de besos el rostro de Changmin, ese que le abrazaba tan aprehensivamente, que sonreía feliz, orgulloso, lleno de un sentimiento que él reconoce sentir cuando tienen a su bebe entre sus brazos. –Changmin ssi… ¿Qué hace aquí?

Changmin miró a Minho sonriente, esto era algo bueno, verles a ambos justo en ese momento.


- ¿Te parece aceptar una cena? –Pregunta con una sonrisa sobre sus labios. Minho le miró confundido “¿Aceptar una cena?” ¿Qué significaba eso?

- ¿Qué? –Preguntó con confusión. ¿Qué estaba pensando Changmin?

- ¿Tienes problemas para escuchar? –El sarcasmo de Changmin llegando justo en el mejor momento, como siempre, no pudiendo aguantarse.

- El que parece tener problemas es otro. ¿Estás sufriendo de algún tipo de enfermedad que vienes aquí a pedir aquello? –Ese podía ser el único motivo por el cual el mayor podría invitarle a cenar, pues… la última vez que se “dirigieron” la palabra él se ocupó de dejarle en la mejilla una marca rojiza hecha por su mano diestra.

- Necesito hablar contigo… -Musitó algo más suplicante, él tenía que arreglar su situación con el menor, con su hijo… Le iba a dar un ataque si no lo hacía pronto, si dejaba pasar más tiempo estaba seguro que los perdería y para siempre.

- No veo tema del cual desees hablar conmigo, si es algo referente al trabajo, haga el favor de hacerlo por medio de la vía correcta, hable con mi secretaria y acordamos una cita laboral. –Respondió Minho, con un tono profesional, escondiendo el chiquillo débil y vulnerable que era. –Ahora si me disculpa, debo retirarme con mi hijo.

- ¡No! –Minho y Changmin miraron sorprendido al pequeño, ese que se aferraba con fuerza al más alto. –No te vayas hyung… omma… que no se vaya…


Choi sintió que el pecho se le oprimía… ¿Tanto quería Yoogeun a Changmin? ¿Qué iba a hacer? Desde un principio debió prevenir esta situación, esto era solo su culpa, de nadie más, todo el sufrimiento de su hijo era culpa de él… ¿Qué clase de padre era si privaba a su hijo de su appa?


- No me he ido… ¿Quién dijo eso? –Y se hizo escuchar la voz aterciopelada de Changmin, ese que abrazaba afectuosamente al menor. –Yo jamás dejaría a Yoogeun. ¿Entendido?


Las cosas siempre podían ser un poco más complicadas, Minho lo sabía…


- Está bien… acepto la cena… -Musitó bajo, esperando que Changmin haya escuchado sus palabras. –Pero solo lo hago por Yoogeun.

- Gracias…

Minho podría admitirlo o no, pero justo en ese momento, en donde eran solamente ellos tres… se sentía bien tranquilo, como si esa situación fuese lo correcto.



*****


Hospital de Seúl.


- Wooyoung ah. –El nombrado volteo, sonriendo sutilmente al ver a uno de los hermanos de doctor Kim.

- Junsu ssi… ¿Quiere ver a su hermano? –Preguntó de manera amable, y es que Junsu le caía bien, pues le hacía sentir tranquilo.

- Por favor, necesitamos hacer algo. –El menor le miró curioso.

- ¿Necesitamos? –Junsu asintió, llevando su mirada hacia Siwon, que le esperaba sentado en una de las bancas dispuestas en el lugar. –Oh… comprendo. Claro, vengan.


Junsu le hizo una pequeña seña al mayor la cual fue entendida por su receptor de inmediato pues éste procedió a levantarse de su asiento y caminar hasta él, con semblante nervioso, eso se notaba… Junsu sonrió algo enternecido.


- Siwon ssi… si sus sentimientos son reales, aun con lo orgulloso que pueda ser mi hermano, estoy seguro que le creerá, que le entenderá y de que estará feliz de tenerle a su lado. –Choi le miró curioso, porque él necesitaba esas palabras, necesitaba sentir que no se estaba equivocando de nuevo y Junsu lo supo.

- Gracias, Junsu ah… -Dijo el mayor tomando sutilmente la mano izquierda de Junsu, obteniendo un sutil sonrojo tímido por parte de éste.

- De nada, ahora entremos. –Musitó cuando Wooyoung les daba acceso a la habitación de su hermano mayor. –Chullie ah… -Murmuró bajito, caminando hasta su hermano para tomar una de sus manos y besar sus nudillos con cariño. –Te daré un regalo, hermanito… -Musitó llevando la mano de su hermano hasta su pequeño para darle algo de su energía vital, para darle algo más de conciencia a su mayor. –Te amo, hermano. Así que… no seas testarudo, ni un idiota… Como omma decía… “No desaproveches la oportunidad de amar ni de ser amado, ésta no viene seguido… y tú mereces ser feliz”


Siwon le miró curioso, y es que luego de que Junsu se llevara la mano del mayor hasta el pecho los labios de ese peli-anaranjado tomaron algo más de color.


- Siwon ssi… si quiere hablar con mi hermano y que éste le escuche tome su mano y hable con sinceridad. –Dijo Junsu, soltando con delicadeza la mano de su hermano. –Vendré más tarde, Chullie ah… -Dice en tono afectuoso, regalando un sutil beso en la frente de su hermano. –Les dejo solos, si necesita algo, estaré afuera.


El menor de los Kim se levantó del lugar en el que estaba, emprendió su marcha hacia la puerta regalándole de paso una sonrisa confortable a Choi procediendo a dejar a solas con su hermano mayor.

Siwon se quedó sin moverse por unos segundos, viendo con mayor claridad el cuerpo de su peli anaranjado. ¿Por qué estaba así? Dio unos cuantos pasos hacia el mayor. ¿Cuánto misterio ocultaba aquella figura tendida en esa cama.


- Heechul… -Murmuró con suavidad el nombre del mayor. Tomó asiento en donde antes hubo estado Junsu. Delineó con delicadeza el dorso de la mano de su chico antes de atreverse a tomarla entre sus manos. - ¿Qué te he hecho? –Musitó bajito… - ¿Cómo puedo saber que me escuchas…? –Preguntó al aire y es que estaba confundido, algo aturdido por tener que verle de aquel modo.

¿Cómo podría explicarle que sus sentimientos eran reales? ¿Qué lo que pasó con aquella mujer solo fue confusión? Es que no era fácil llegar y aceptar sus sentimientos… sentimientos que son para otro chico.

- No puedo decir que estoy confundido… siempre he sabido a quien amo, a quien quiero desesperadamente a mi lado… es solo… -Soltó un leve suspiro. - ¿Cómo puedo ignorar lo que mi familia quiere? ¿Cómo se hace? ¿Cómo puedo tener algo contigo si no puedo prometerte que todo estará bien?

Y recordó las palabras que Minho le dijera antes…


Flash Back.


- Minho… -Musitó con voz débil y dolida. Sinceramente no esperaba verle ahí, no creía que fuese Minho quien viniera hasta él, cuando debía ser al contrario.

- Hola… hyung. –Saludo bajo, algo tímido, sin tener a ciencia cierta lo que debería decir. - ¿Molesto?

- ¡No! –Respondió rápidamente al mayor. Si Minho había decidido venir era por algo, no podía desaprovechar la oportunidad de hablar con su hermano menor.

- Bueno… entonces… ¿Podemos hablar? –Preguntó con cierto tono reticente. Aun le dolía el hecho de que no le haya creído, pero confiaba en su hermano, por ese motivo había decidido venir.

- Claro que sí… -Siwon se levantó de aquella silla tras su escritorio y se encaminó a uno de los sillones que estaban dentro de la oficina. –Toma asiento. –Pidió con tono educado.

Minho no se hizo esperar y se sentó frente al mayor. Las preguntas que rondaban la cabeza de Minho eran simples, dada a la situación en la que estaban.


- ¿Sigues desilusionado de mí? –Esa era la primera pregunta.

Siwon le miró con preocupación, la respuesta era obvia y debía dar un buen argumento del por qué.

- No lo estoy… y cuando dije que lo estaba, me he equivocado, Minho. –Respondió con sinceridad al menor, ese que surcaba una pequeña sonrisa por su respuesta.

- ¿Nos sigues queriendo? –Esa era la segunda pregunta.

- Querer es poco, Minho. Yo los amo, eres mi dongsaeng, mi único hermano… Yoogeun mi adorable sobrino, quererles sería poco.

- ¿Puedo seguir confiando en que estarás a mi lado? –Tercera pregunta.

- Para siempre. –Respondió sin pensar el mayor.

- ¿Sigues con esa mujer? –Cuarte pregunta, muy importante.

- No, ella es un gran error, ni si quiera siento algo por ella… fue solo… -Suelta un leve suspiro.

- ¿Padre te está presionando? –Preguntó con preocupación. Siwon se notaba algo agotado y agobiado.

- Lo está…

- Lo supuse… -Musitó el menor. –Hyung… La verdad no sé qué pesos debas asumir producto de la presión que genera padre en ti por ser su primogénito y único hijo. –Siwon le miró triste por aquel “único hijo”. –Pero… realmente padre no es nada sin ti, todos sus socios te conocen y conocen mejor que él tu trabajo, él depende de ti… -Suelta un pequeño suspiro. –Pero tu corazón, es tuyo, tú ves a quién quieres amar, no él.

- No es fácil, Minho… -El menor sonrió sutil.

- Pero tampoco imposible.

Minho se levantó de su asiento para ocupar un lugar al lado de su hermano y de ese modo poder abrazarle.

- Siwon… Debes vivir tu vida. Padre no estará siempre, lamentablemente… al igual que madre. Cuando ellos se vayan, tal vez sea demasiado tarde para hacer lo que quieras y con quien quieres.


El mayor sopesó sus palabras, él tenía razón… no podía seguir de aquel modo ignorando lo que su corazón decía, aun si no era fácil, si era inteligente… podría encontrar una solución.

- No ignores lo que sientes por Heechul… menos cuando él te necesita tanto en éste momento. –Comentó Aun abrazado a su hermano.

- ¿Eh? –Siwon le miró confundido… ¿Cómo Minho sabía aquello? ¿Y a qué se refería con eso de que Heechul le necesitaba? - ¿De qué hablar, Minho?

El menor levantó la mirada, encontrándose con aquello ojos preocupados. –Heechul está en coma, en el hospital de Seúl… él te necesita más que a nadie en éste momento.


El corazón del mayor dio un vuelvo doloroso… ¿Qué Heechul estaba qué? Eso tenía que ser una broma, su peli anaranjado no podía estar en un hospital.


- Según lo que dicen los doctores él necesita más que nunca del apoyo de las personas que necesitan… Y Heechul hyung te necesita mucho, hyung.

- ¿Qué?

- Por favor… -Minho apretó la mano diestra del mayor para hacer entrar en razón.

- Quiero ir a verle… ahora… -Pidió Siwon viendo a su hermano con preocupación y añoranza.

- Claro, su hermano menor está aquí. Así que vamos. –Minho se levantó del asiento y jaló a su hermano haciendo que éste también se levantara.

Fin del Flash Back.


Siwon dio un suspiro, mirando fijamente el cuerpo del mayor.


- ¿Es demasiado tarde para decir lo que siento por ti? –Toma una de las manos del peli rojo y la lleva a hasta sus labios para besar sus nudillos. –Quiero creer que aún tengo tiempo… -Respiró hondo, aferrándose un poco más a la mano del mayor. –Quiero… quiero que me des una oportunidad más de estar a tu lado, por favor… Quiero demostrarte que puedo hacerte feliz, de que… todo este tiempo… de verdad entre tú y yo… ha habido algo especial, importante, para ambos… Heechul… Si despiertas… ¿Me dejas ser tu hombre?


Luego de aquella última pregunta aquella mano que Siwon sostenía comenzó a moverse, al igual como esos parpados que comenzaba a abrirse.


- Realmente… detesto ser débil…


Y Siwon miró sorprendido… porque Heechul había despertado… ¡Había despertado! Aun si no entendía por qué estaba completamente emocionado, su peli anaranjado volvía en razón, volvía a mirarle con esos ojos tan cortantes y profundos que tanto él amaba.


- Me has tenido pendiente de un hilo…



Heechul solo sonrió un poco por esas palabras dichas por el menor, es que el miraba con ojos cristalizados y emocionado porque él había despertado.