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miércoles, 19 de febrero de 2014

Hijo de la Luna: Capítulo 29



Capítulo 29.

 


“Aclaraciones: Todo tiene una explicación”

 


- Gracias por aceptar la cena… -Dijo Changmin, algo nervioso. Estaban solos lo tres, en un restaurant de comida tradicional, en un lugar apartado sin nadie más que pudiera molestarles.


- Oh, no es nada… -Musitó también algo nervioso, no se había planteado la idea de estar así en algún momento con Changmin y su hijo, ese que comía realmente emocionado una pequeña porción de ramen de pollo.  –Bebé… come tranquilo… -Dice a su pequeño, mientras le limpiaba los labios, enserio no tenía idea de a quién había sacado esa forma de comer, pero luego levantó la mirada y vio al mayor de la misma forma que su hijo no necesitó más respuestas. –Changmin… come… más despacio… -Dijo tratando de no reírse.


- ¿Uhm? –Changmin levantó la mirada parpadeando con confusión al menor. - ¿Qué? –Preguntó luego de tragar lo que tenía en la boca.


 

- Come despacio… tus labios están sucios. –Respondió sonriendo, ahh… ahora entendía de dónde había sacado esa forma de comer su hijo.

 


- Oh… claro, hay que darle una buena imagen a Yoogunnie… -Dijo limpiando su rostro y con algo más de compostura comenzó a comer su comida, la cual por cierto estaba muy rica, aunque eso podría deberse también a que en todo el día no había podido probar alimento sin que le diera asco.


 

- Y para que no te atragantes… Aigoo… no cambias… sigues comiendo igual que antes. ¿Desde hace cuántas horas que no comes? –Preguntó con cierta curiosidad Minho mientras comenzaba a comer algo arroz con kimchi.

 


- ¡Changmin hyung come mucho~! –Dijo de manera alegre el pequeño.


 

- Oh… y tú vas por el mismo camino. –Dijo Minho haciendo un puchero.


 

- Déjale, está en crecimiento. –Justificó el mayor de los tres.


 

- Fue tu escusa por muchos años. ¿No?


 

 

Oh… Changmin sonrió, Minho recordaba esas cosas tan bobas de sus vidas, era tan increíble que a pesar de todo el daño que había provocado en la vida de aquel chico éste aun guardara en sus recuerdos momentos juntos en los cuales Minho le alegaba de comerse todo y que su escusa siempre fue que estaba en crecimiento. Hasta hace poco comenzaba a pensar en qué hubiese sido de ellos dos si es que Sunhee no se hubiera entrometido en su relación, digamos… eran amigos, si la relación que mantenían aún luego de haber tenido relaciones íntimas… la vida de Minho hubiese sido más sencilla… porque por un desliz de ambos su dongsaeng había perdido a sus padres y a Siwon, no era justo, ni menos la manera en el que señor Choi trataba al menor, cuando éste siempre fue tan correcto… tan complaciente… ¿Por qué le dejó de lado cuando su hijo más le necesito? ¿Por qué no le buscó en esos 5 años? ¿Por qué ni la madre de Minho hizo algo? Si esa mujer lo conocía, pudo ir hasta él a pedirle ayuda…

 


 

- Changmin… -Volvió a llamar al mayor, y es que de la nada se había sumido en sus pensamientos. – Hyung… ¡Changmin hyung! –Terminó por elevar su tono de voz hacia el mayor para que le tomara atención.


- ¿Eh? –Shim parpadeó un par de veces confundido, se había sumergido en un mar de pensamientos sin respuesta, en especial porque todo ellos comenzaban con un “hubiera” haciendo que se irritara por el hecho de que eso habría podido ser posible.


- Apuesto que te hiciste un hilo de pensamiento. ¿No? –Minho sonrió con sutileza. –De todos modos… ¿Quiero saber por qué? –Terminó de preguntar el menor, algo más serio, con su mirada fija en el rostro del mayor.

 


Changmin guardó silencio, aun no tenía idea de cómo decirle lo que ya sabía. Minho simplemente era muy frágil de sentimientos y ya le había causado suficiente dolor, pero no quiere perderles, no de nuevo… ya lo hizo una vez y se perdió 4 años de la vida de su hijo, del ser más adorable que había podido conocer, aquel pequeñito era suyo… suyo… suyo… y ya no le quería lejos, le quería a su lado, para siempre.

 


- ¡No vuelvas a perderte! ¡Ey! –Minho frunció el ceño, Changmin actuaba extraño, se quedaba absorto en todos sus pensamientos, se notaba algo abatido y preocupado.


- Mis padres han preguntado por ti… -Dijo con voz baja, buscando un camino para llegar al lugar que necesitaba.


- ¿Tus padres? –Preguntó nuevamente el menor, Changmin asentía sutilmente con la cabeza. –Hace tiempo que no los veo… -Musitó.

 


- Podrías hacerles… una vista… -Dijo Changmin, nervioso. Vamos que no podía ser tan difícil el pedirle que no se alejen de él, que le dieran una oportunidad más de cuidarles.

 


- Eh… podría.


 

 

Changmin observó el rostro de Minho, dubitativo en si quiera aceptar aquella idea.

 

 

- Mi padre se ha sorprendido al saber que estás aquí y que no han hablado… Y… bueno… tú… tú conoces a mi madre, tiene… -Llevó su mirada hacia otro lado. –Tiene un especial aprecio por ti… -Terminó de decir.

 

- Iré.

 

 

Changmin levantó la mirada.

 

 

- Iré a ver a tus padres, Changmin…

 

 

El nombrado sonrió apenas, tratando de ocultar su sonrisa más grande que se formaba.

 

 

- Iré pronto, antes de que nos vayamos.

 

 

Changmin le miró con cierta confusión. ¿Antes de que se “qué”?

 

 

- ¿Ustedes qué? –Y vio a Minho sonreír con sutileza.

 

- Me voy de Corea de vuelta a Japón… nos íbamos a ir antes, pero Heechul estaba mal, y no podía irme sabiendo que alguien a quien quiero mucho estaba en ese estado, sin contar que Kibum y Junsu me necesitaban.

 

- ¡¿Japón…?! ¡¿Por qué?! –Preguntó con cierto atropello, es que no… ¡No podía dejar que se fueran por dios!

 

Minho le miró con cierta confusión. –Este… pues… debo ir a la empresa de Japón… yo me ofr…

 

- No pueden…

 

- ¿Eh? ¿Por qué? –Le miró sin quitar esa expresión confundida.

 

- Es que… no podré verlos… -Soltó de pronto Changmin.

 

- ¿Y eso? –Minho no entendió. ¿Qué importaba eso ahora? Changmin tenía su vida armada con su novia. ¿Qué necesidad tenía de verlos?

 

- Que no puedes hacerlo… -Changmin se sintió con miedo, con una sensación de que podría perderle.

 

- ¿Por qué no podría? –Preguntó realmente confundido por la actitud que estaba teniendo Changmin. Todo resultaba extraño, empezando por el hecho de que le hablara y le pidiera que fueran a comer con él.

 

- Porque no pueden… - “¡Gran escusa, Changmin! ¡Claro! ¡Así no va a dejarte!” Se gritó mentalmente ante tal argumento que diera.

 

- Sí podemos. –Dijo Minho comenzando a molestarse.

 

 

Yoogeun por su lado les miraba con un puchero, porque veía como su omma fruncía cada vez más el ceño y su hyung favorito le miraba muy molesto por algo de irse a Japón.

 

 

- ¡Yo hago lo que quiera con mi vida y si quiero ME VOY CON YOOGEUNNIE AL POLO NORTE Y NO TENDRÍA SIQUIERA VOTO PARA ALEGAR! –Terminó por gritarle el menor.

 

- ES QUE ESTÁS SIENDO UN INCONSCIENTE CON YOOGEUN!

 

- ¡¿Y POR QUÉ LO ESTOY SIENDO?! Además… ¡TÚ QUÉ SABES!

 

 

El ceño de Changmin se hizo notorio, no… Minho no estaba siendo razonable. ¡¿POR QUÉ SE IBA?!

 

Siguieron gritándose hasta que Yoogeun comenzó a llorar, no… no le gusta eso, se angustiaba y comenzaba a sentirse mal…

 

Minho dejó de gritar, recordando que no estaban solos, que estaba su hijo y el pobrecito odiaba las peleas. De manera maternal le tomó en brazos y arrulló, acariciando con suavidad su espalda y nuca.

 

- Ya amos… lo siento, ya no seguimos gritando…

 

 

Pero Yoogeun se quedó ahí, sin decir palabras, ni si quiera se movió de los brazos de su omma, solo sollozaba bajito.

 

 

- Lo siento…

 

 

Minho miró hacia adelante, hacia la persona que había pronunciado esas palabras… Changmin se notaba preocupado por las lágrimas que su hijo botaba…

 

 

- No fue mi intención… no quería asustarle. –Musitó con un dejo de culpa. Es… ¡No quería perderles!

 

- Será mejor que me vaya con Yoogeun… -Dijo Minho levantándose de su puesto con el niño en sus brazos. –Gracias por la comida, dígale a sus padres que pronto les iré a ver.

 

- No… -Changmin le miró algo asustado, pero Minho se veía serio, tomando las cosas del menor salió del lugar. Observó por dónde se habían ido y luego de un rato, reaccionó… tenía que ir tras ellos. Rápido, pagó por la comida y salió corriendo del local. Vio a lo lejos a Minho caminar con su hijo en brazos, ese que se aferraba con fuerza a su cuerpo.

 

 

Corrió rápido hasta ellos, maldiciendo a esos estúpidos semáforos que estaban en su contra. Él no podía dejar que se fueran, no podía si quiera aceptar la idea de no ver a su hijo las veces que quisiera, no podía dejar que Minho siguiera así, tomando el peso de las acciones de ambos, era difícil y en algún momento no podría seguir… Pensando en todo aquello fue que corrió más rápido y le dio alcance.

 

 

- No pueden irse de nuevo… -Dijo con voz angustiada. Minho volteó, le miró con confusión.

 

- Mi hijo…

 

 

Minho le observó. ¿Qué había dicho el mayor?

 

- No lo hagas de nuevos… no se vayan… No sabes lo que es tener la sensación de que he perdido cuatro años de su vida… -Dijo afligido, no sabía cómo mantenerles a su lado.

 

- Y tú no sabes lo que ha sido vivir cinco años solo… sin ayuda… ¿Ahora te dieron ganas de ser padre? ¡Pues pídele un hijo a tu novia! Con Yoogeun no tenemos nada que ver contigo… -Dijo asustado, molesto, triste, tan abatido que Changmin no supo que decir, se quedó parado ahí observando como Minho tomaba un taxi y se aleja de él.

 

¡MIERDA!

 

 

*****

 

 

 

Departamento 2Kim.

 

 

Junsu observaba por la ventana, era una noche estrellada muy estrellada, observó su reloj, no era muy tarde y quería pasear un momento. Salió de su habitación y comenzó a arreglarse, aun hacía frío y no quería enfermar, suficiente tenía con que su hermano estuviera en el hospital.

 

Salió del edificio y caminó en línea recta hacia un parque, observó cómo se veía de noche, sonrió ante cada detalle que veía y llamara su atención. No había mucho que hacer, así solo se dedicó a caminar, no tenía rumbo y le sobraba el tiempo… su mirada algo ausente en el paisaje que tenía a su alrededor.

 

Unas risas le sacaron de su letargo, y es que una la conocía bien… ¿Cómo no iba a hacerlo si adoraba esa risa? Su mirada se fijó en el dueño de aquella voz, parando su caminar observando de quién se trataba, era Yoochun, acompañado de una linda chica que le abrazaba del brazo, se quedó mirando aquella escena… la chica maquillada y cabello corto, con un abrigo que la cubría del frío, rodeando el cuello del mayor, coqueteándole… y Yoochun aceptando todo aquello, siguiendo aquel juego, aceptando esos besos en el cuello, aceptando besar esos labios maquillados. Les observó un momento, sin darse cuenta de que unas lágrimas se había escapado de sus ojos.

 

Yoochun se notaba tan feliz, y de verdad esperaba que lo fuera… que pudiera estar con la persona que amaba y que si no fuese así… que estuviese con alguien que le hiciera feliz, él de verdad le deseaba lo mejor, pero no quería encontrárselo de nuevo, él estaba haciendo lo humanamente posible porque nadie se diera cuenta de lo destrozado que estaba por dentro, no quería que nadie supiera que tenía el corazón hecho trizas, no quería que nadie supiera que se había enamorado de Park… de su más tierno error.

 

Mordió su labio inferior, sin articular palabras, dejando que el viento meciera sus pelirrojos cabellos, dejando que su bufanda se ondeara producto del mismo. No dijo nada, le sonrió sutil cuando su mirada chocó con las oscuras orbes del mayor, pero no dijo nada… se quedó en silencio y siguió su rumbo pasando al lado de ellos sin voltear, sin si quiera querer mirar un poco más.

 

Tal vez después de eso… era obvio que no podría soportar toparse con el pelinegro, él no iba a poder ser fuerte ni ser profesional… en ese estado no era conveniente, ni menos si su empresa tenía tantos negocios con la empresa en la que trabajaba Yoochun.

 

 

- Tal vez… será mejor que vaya… -Musitó bajito, sonriendo apenas, porque se sentía triste y no sabía cómo manejar aquello que le ahogaba y le hacía sentir tanta presión en el pecho.

 

 

 

*****

 

 

 

Al día siguiente.

Hospital de Seoul.

 

 

Como todas las mañanas, Siwon le visitaba y se quedaba con él a pasar largas horas, éste siempre llegaba con un ramo de rosas frescos, de un color lila muy lindo que a Heechul le gustaba. Siwon le contaba cosas… cualquier cosa, o respondía preguntas del mayor solo para hacer sonreír a ese peli anaranjado.

 

 

- Uhmm… oye… He querido preguntarte unas cuantas cosas hace tiempo. –Dijo en voz baja, como si hablaran en secreto ellos dos.

 

- Claro, dime. –Cedió el menor.

 

- ¿Por qué tu madre no buscó a Minho…? –Preguntó, atento a cualquier reacción que tuviera el menor.

 

- Sí lo hizo… y cuando lo hizo, padre la descubrió… -Comentó con cierto tono amargo que preocupó a Heechul.

 

- Pero…

 

- Mi padre es muy orgulloso… -Dijo cortando a Heechul. –Mi padre una vez que dice algo, ya sea bueno o malo, no se retracta. Y para él su palabra de que Minho dejaba de ser parte de la familia era algo que debía obedecerse… Es por eso que ni yo podía ver seguido a Minho, era difícil pues nos tenía amenazados de que si lo hacíamos… sería el propio Minho quien pagaría las consecuencias.

 

 

Heechul le miró sorprendido. No dijo palabras, solo guió su mano diestra a su rostro y le acarició con cariño.

 

 

- Ahora… como Minho tiene una mayor independencia el verle fue más fácil, y más por el hecho de que mi padre no puede hacer mucho, sino sus socios pueden sospechar… -Soltó un suspiro pesado. –A veces desearía que mínimo padre le dejara tranquilo.

 

- ¿Y a ti…?

 

- Cómo será que estoy acostumbrado… que ya no me importa mucho.

 

- No debes dejar que eso pase… -Pidió Heechul. Él no quería que el menor viviera de esa forma. –Sé que quieres a tu padre, pero solo tú puedes vivir tu vida como quieres, respetarle no significa hacer lo que él quiera.  

 

- ¿Sabes…? –Heechul le miró atento, esperando que entendiera que esperaba que prosiguiera. – Por ti me enfrentaría miles de veces a mi padre.

 

 

Heechul guardó silencio, no dijo nada, solo atinó a sonrojarse y perder la mirada del contrario. Siwon en cambio sonrió con sutileza, apreciando ese adorable sonrojo que adornó las mejillas del mayor.

 

 

- Mejórate. ¿Sí? No quiero que sigas aquí… -Le pidió como favor a su mayor, esperando realmente que pronto dejara ese hospital.

 

- Así lo haré, Siwi~  -Dijo aquel mote con cariño, solo para sonreír al ver aquel sonrojo que produjo en las mejillas del menor.

 

 

 

 

*****

 

 

Departamento 2(Kim-Choi).

 

 

 

- Kibum… -Susurró el nombre del menor, y es que este estaba encerrado en el baño y podía escucharle cómo vomitaba. – Amor, por favor… abre la puerta. ¡Sí! –Comenzaba a asustarse, su novio llevaba tiempo de aquel modo y no le gustaba. - ¡Kibum voy a votar la puerta! –Dijo ya con el ceño fruncido, comenzaba a alterarse.

 

 

No pasó más de unos cuantos segundos antes de que la puerta del baño se abriera mostrando a un pálido y ojeroso Kibum, el cual fue abrazado por un sobreprotector Jonghyun.

 

 

- Vamos a un médico… -Dijo preocupado, acariciando su espalda y nuca con cariño. Kibum apenas y asintió a sus palabras. –Llamaré a Yunho hyung.

 

 

Jong tomó al menor e brazos y caminó con él hasta la habitación, en donde le ayudó a vestirle a arreglarse un poco. Kibum se veía tan débil que le ponía nervioso, jamás le había visto de tal modo.

 

 

El mayor tomó su celular y marcó un número específico, tenía que asegurarse de que Yunho estuviera, porque no nadie más podría ayudarles ya que Heechul estaba aún en el hospital.

 

 

- Halo. –Se escuchó una voz contestando.

 

- ¡Yunho hyung! –Le llamó el menor, algo nervioso.

 

- ¿Jonghyun? ¿Qué pasa?

 

- Es Kibum… no está bien. Lo llevaré al hospital… pero… tú entiendes.

 

- Comprendo. Estaré en veinte minutos allá. –Se escuchó la voz sería del mayor tras la bocina antes de que cortaran.

 

 

Jonghyun se encaminó rápido hasta su novio para ayudarle a caminar fuera del departamento.

 

 

- No tengo idea de qué pasa… pero Yunho ya va de camino al hospital, amor. –Kibum solo asintió con la cabeza, se sentía tan cansado que no tenía ganas de hacer nada.

 

*****

 

 

Casa YunJae.

 

 

- ¿Quién era, amor? –Preguntó Jaejoong mientras le servía el desayuno a su princesa que debía ir a la escuela.

 

- Era Jonghyun. –El menor le miró curioso. –Parece que Kibum está muy mal, pues quiere que sea yo quien lo revise.

 

 

Jaejoong le miró nervioso. ¿Su hermanito pequeño enfermo? Con razón se había estado sintiendo con cierta preocupación.

 

 

- Tranquilo, amor… -Le tranquilizó Yunho, dejando un cariñoso beso sobre sus labios. –Vuelvo más tarde, te llamo en caso de cualquier situación. Jae solo asintió haciendo un leve puchero ante las palabras del mayor, dejando que fuera hasta el hospital.

 

 

Yunho salió a prisas hasta su auto para encaminarse hasta el hospital, tenía que llegar antes que los menores para hacer el ingreso especial de Kibum.

 

Cuando logró llegar se fue corriendo a su consulta, arreglando su ingreso y el ingreso del menor para llegar y atender a Kibum.

 

 

- ¿Yunho hyung? –Escuchó que le llamaban, y pudo reconocer la voz de Jonghyun por lo que no le hizo esperar en entrar.

 

- Pasen. –Pidió mientras se paraba de su asiento con la delantal ya colocado.

 

 

Vio a Jonghyun entrar acompañado de un débil y Kibum al cual pronto a ayudar a que se sentara en la camilla.

 

 

- ¿Qué pasó? –Le miró algo confundido. Comenzó por tomarle la temperatura y presión, hacer unas cuentas preguntas y observaciones las cuales todas terminan en el ingreso del menor para poder estabilizarle. – Haremos un examen de sangre para quitarnos las dudas, pero por lo menos por unos cuantos días te quedarás. –Dice Yunho en tono conciliador mientras le despeinaba el cabello.- Todo estará bien. –Yunho le sonreía como todo un hermano mayor. – Te pareces a Boo cuando estaba embarazado de Dain.

 

 

Jonghyun que estaba en la habitación escuchó lo último… Y razonó. ¡Espera! Minho se puso así cuando esperaba a Yoogeun… ¿Podría ser…? ¿Podría ser que su…? ¡DIOS!

 

 

 

******

 

 

 

Empresa Kim.

 

 

- ¿Qué? –Minho le miró confundido.

 

- Eso… -Respondió el pelirrojo al más alto.

 

- Pero hyung… ¿Estás seguro? –Insistió el chico de ojos grandes y expresivos.

 

- Más que seguro… además… creo que lo necesito.

 

 

Minho miró al mayor, aquel que miraba unas cartas de colores mientras veía unos planos, se notaba cansado, pareciera que aquel trabajo excesivo era solo para esquivar algunos pensamientos que le estaban atormentando.

 

 

- ¿Es por Park Yoochun? –Preguntó convencido de que ese era el problema.

 

- ¿Uhm?

 

 

El mayor le miró algo perdido, apenas y entendió la pregunta, y es que no quería pensar más en los motivos de su ida vuelta a Japón, no quería, porque no tenía intenciones de seguir sintiéndose así de mal, no tenía intenciones de que el corazón le siguiera doliendo de aquel modo, no era de piedra como el mundo veía, le tenía cansado el no entender la cabeza del pelinegro, le tenía atormentado el saberse el juguete temporal de Park… no, no podía, no podía ahora aceptar el haber sido como un reemplazo de mala calidad en la vida del mayor, porque le asustaba ese dolor que le embargaba el solo pensarlo.

 

 

Él era igual como aquella chica que estaba hace unas noches con el mayor… Era el a costón del momento, algo que presumir porque es bonito y nuevo, uno a cual nadie más había tocado… uno que era una especie de trofeo, no quería.

 

 

- Hyung…

 

- Quiero seguir adelante, Minho… quiero, quiero poder mirar hacia atrás sin sentirme idiota, quiero mirar hacia adelante sin preocuparme de que hay algo en mi pasado que duele recordar.

 

- Entonces no debes huir…

 

- No es huir…

 

 

Minho le observó.

 

 

- Lo es…

 

- No lo es, de haber querido huir… me hubiese ido hace mucho…

 

 

Choi no entendía qué atormentaba tanto al mayor, se notaba hasta asustado de lo que sentía… ¿De lo que sentía? ¿Acaso Junsu de verdad se había enamorado de Yoochun? ¿Tan mala había sido la ruptura? Porque Junsu era del tipo: Bueno… pasó, debo aprender de esto, pero en ese momento tenía a un Junsu totalmente distinto. Si era de ese modo, no podía hacer nada, porque él sabe mejor que cualquier otro lo que duele un amor no correspondido, así que lo aceptaba.

 

 

- Está bien, nos iremos juntos. Estoy seguro que los chicos pueden cuidar del negocio aquí en Corea con tranquilidad.

 

 

El mayor levantó el rostro con cierta emoción bailando en sus ojos, al fin…

 

 


Tal vez… eso era lo mejor para los dos. Alejarse de esos que no entienden que los sentimientos no son un juego.