Prólogo.
En el cielo estaba prohibido entablar relaciones de cariño con otro ser que no sea de corazón puro, y por corazón puro al parecer sólo caían los ángeles.
Pero a Junsu esa regla no le agradaba… la encuentra absurda y ahí tenía que escuchar una vez más las palabras de su padre.
- Por favor comprende hijo mío, quienes no son de corazón puro te harán daño ¿tan difícil es entender eso? –Pero era su padre quien no lo entendía… porque la amistad y el amor no sólo estaba en el cielo… sino en todo el universo como Dios dijo.
- Pero… -Intentó rebatir.
- Pero nada, Junsu ah… has caso y todo estará bien –Y con esas palabras le dejaron solo en su habitación.
Con el ceño fruncido se dirigió a la ventana de su habitación, era tan injustos sus padres… y de todos modos no entendía por qué esa vez se había ganado ese reto… él sólo estaba caminando por la pradera.
Suspiró…
- No entiendo…
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Seoul, Korea.
- ¡Junsu ah! –El pelirrojo volteó al ver a su amigo venir hacia él.
- ¿Qué sucede?
- ¿Vas a tu casa? –El menor asintió –Mi umma dijo que fueras a la mía, quiere verte dice que eres un mal agradecido que te olvidas cada tanto de ella –Junsu sonrió ante las palabras de su amigo –A veces pareciera que se preocupa más de ti que de mí.
- ¿De qué hablas? Yunho hyung… -El menor hizo un puchero.
- Y es culpa de esos pucheros.
- ¡Yah! No te metas con mis pucheros –Frunció el ceño el pelirrojo.
Jung Yunho se podía decir que era su mejor amigo, aunque este le cuidaba como un hermano menor… desde que tiene recuerdos (que no fue desde hace mucho) Yunho ha estado a su lado cuidándole.
- ¿Qué sucede Yunho? –El pelirrojo le miró con marcada duda en su rostro.
- Mi umma quiere casarse de nuevo –Le comentó.
- Mm… ¿te pone incómodo?
- Es que… entiendo que quiera rehacer su vida… pero siento que me dejará de lado –Murmuró algo apenado.
- Tu umma sería incapaz de hacer algo así, hyung –Le sonrió colocando una de sus manos en el hombro del mayor.
- ¿Por qué crees eso?
- Porque lo veo en los ojos de tu umma cada vez que te ve… eres parte de su vida, una parte muy importante que no quiere perder. Eres su tesoro. Jamás te dejará de lado… tenlo por seguro –Le aseguró Junsu, Yunho siempre encontró cierto alivio en las palabras de su amigo, cada que estaba mal Junsu le hacía sentir mejor.
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El apellido Jung era muy conocido, no es que fueran muy millonarios pero sí tenían una buena postura social.
- Querido que bueno que viniste –Le abrazó la señora Jung –Pasen chicos, en un momento más la cena estará lista.
- Muchas gracias, Sra. Jung –Agradeció Junsu, por más que le han pedido que no fuera tan correcto para el menor se le hacía difícil… para él el respeto a los mayores es algo que no puede pasar por alto.
- ¿Te quedas a dormir? –Le preguntó su amigo cuando se sentaron en la cama de este mismo.
- ¿Otra vez? –Preguntó Junsu algo dubitativo.
- ¿No te gusta? –el menor negó.
- No es eso… siento que abuso de tu buena voluntad… y pues no quiero que pienses que me aprovecho de ti –Terminó en un leve murmullo sus palabras.
- Sé que no te aprovechas de nuestra amistad… pero sabes que te quiero –Jung se acercó abrazando a su amigo –Y a mí no me importaría si te vinieras a vivir conmigo… y lo sabes te lo he pedido un montón de veces pero tú siempre te niegas –Junsu sonrió, Jung Yunho siempre fue así y será así… le debe tanto.
- Está bien me quedaré –Yunho sonrió.
- Oye…. ¿Mañana tienes cita con el médico? –Kim asintió - ¿Quieres que te acompañe?
- Te diría que sí, pero es en horario de clases y no quiero distraerte ¿Bueno? –Le respondió –Y volveré a clases a penas salga de la consulta.
- Está bien.
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En algún lugar.
- ¿Estás seguro? –Preguntó el de tez acanelada.
- Es culpa de ese chico… -Le respondió la otra silueta de tez blanca y ojos negros y profundos.
- Fue culpa de ambos, Jaejoong.
- Mi primo está encerrado por culpa de ese maldito ángel… y me vengaré de él –El más alto sonrió - ¿Te unes?
- Sabes que sí… me aburro en este lugar –Contestó acercándose al mayor -¿Sabes dónde está?
- En la Tierra –El alto sonrió –De paso… podemos divertirnos.
- Mi querido Jaejoong… será un honor divertirme a tu lado –Ambos sonrieron… porque su naturaleza perversa era así… la venganza era el pan de cada día, era regocijarse ante aquel espectáculo cuando otros sufrían.
Porque los demonios… no conocían la palabra “perdón” ni “piedad”… ni mucho menos la palabra “amor”
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Casa Jung.
- Hijo… invite a Choi Seung In –Yunho la miró con algo de aprehensión –Y a su hijo…
- ¿Tiene un hijo? –La mujer asintió - ¿Por qué nunca me lo dijiste?
- Lo siento, Yunho ah… pero no sabía cómo decírtelo –Respondió la mujer, Junsu al margen de todo, esta conversación realmente no le incumbía.
- Se supone que nos decíamos todos… que confiabas en mí… -Y una punzada en la cabeza acudió a Junsu… esas palabras, esas mismas palabras está seguro que las ha escuchado antes.
“Se supone que nos decíamos todo… creí que confiabas en mí, Junsu ah… ¡¿Por qué?!”
Y su pecho se presionó al escuchar esa voz en su cabeza… se sintió mal, como si hubiese dañado tanto al dueño de esa voz y finas lágrimas comenzaron a surcar su rostro.
Y todo se volvió confuso… y lo último que alcanzó a escuchar fue a Yunho… gritando su nombre.
- ¿Estás mejor? –Escucho la voz de su amigo al momento de abrir los ojos.
- Sí… ¿Qué me pasó?
- Te desmayaste… -Y ahí el pelirrojo se dio cuenta que estaba recostado en la cama de Yunho –Quédate un rato más acostado, mi umma está atendiendo a las visitas. Bajaré y volveré ¿Bueno? –El menor asintió, aparte de que quería descansar… era mejor dejar que su amigo enfrente la realidad.
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- ¿Cómo está Junsu? –Preguntó su madre preocupada.
- Está mejor, ya despertó… pero es mejor que descanse un poco más, aún está pálido –Le respondió Yunho a su madre.
- Hijo… -El menor lo supo, su madre quería hablar de ese tema.
Realmente… él no está enfado, pero cree que estaba en todo su derecho de saber ese detalle de la vida de ese hombre que su madre tanto ama.
- Sé que tal vez… tuviste miedo, pero… -Tomó la mano de su umma –Pero no me gusta que me ocultes las cosas… siento que me dejas de lado al hacerlo –Su madre le miró a los ojos y le sonrió con ternura.
- Yo jamás te dejaré de lado, Yunho… eres mi hijo, querido. Mi tesoro –Beso la frente de su hijo –Lo más importante en mi vida… sangre de mi sangre, yo jamás te dejaré de lado ¿Entendido? –Yunho asintió – Entonces, sería buenos que conozcas a Choi Minho.
- ¿Así se llama? –Su umma asintió - ¿Qué edad tiene?
- Tienes 15 –Respondió –Será tu Dongsaeng, Yunho surcó una leve sonrisa… al menos tendría un hermano menor.
Choi Minho era un chico adorable y al igual que su padre era alguien respetuoso, y no fue difícil congeniar con él… porque a ambos les gustaba hacer deporte.
- Ven… te presentaré a mi mejor amigo –Le ofreció Yunho.
- Oh… Bueno –Sonrió infantilmente el menor, Jung Yunho le había caído realmente bien.
- Junsu ah –Golpeó la habitación, pero no hubo respuesta –Junsu –Volvió a golpear, pero al igual como la vez anterior nadie respondió – Hazte a un lado, Minho ah.
La puerta de su habitación tenía un truco, tres patadas en los lugares precisos y esta abría.
Una patada…
Dos patadas…
Tres patadas…
Y la bendita puerta se abrió… y le vieron, Junsu estaba tirado en el suelo, con las mejillas rojas, sudaba y tiritaba.
- Minho… llama a mi umma –Le pidió el moreno preocupado, tomando a su amigo entre sus brazos y recostándole en su cama – Junsu ah… -Se veía muy mal.
Su umma había llegado corriendo al lado del Sr. Choi que resultaba ser médico.
- Hay que llevarlo a un hospital… -Fue lo que dijo aquel hombre y Yunho quedó en blanco… jamás había visto a SU amigo en ese estado.
- Junsu ah…
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Caminaba con tranquilidad, por la orilla de ese mar mirando como la olas se rompían al chocar con el suelo.
- Tan hermoso… -Murmuró. Le encantaba, miró a su alrededor al momento de escuchar cierta melodía… No tenía idea de quién pudiera ser el creador de esas lindas notas y con curiosidad desbordante recorrió el lugar hasta que encontró el centro de esa melodía…
Era un templo… al parecer, al centro había un piano color negro que matizaba colores rojizos según la perspectiva en que lo vieras. Ahí sentado tocando las teclas un chico de tez clara y de cabellos azabache que a ojos cerrado tocaba aquel piano de cola.
Esa melodía la había escuchado antes… un humano la había creado, uno que se llamaba “Beethoven”.
Y la melodía llegó a su fin. El pelirrojo estaba asombrado, nunca antes había escuchado a alguien tocar de esa forma, ni el ángel más prodigioso lograría a llegar a provocarle ese estremecimiento de pies a cabeza, ese acelerar del pulso, ni que cada fibra de su cuerpo vibrase ante esas notas.
- ¿Quién eres y qué haces aquí? –Y de tan sólo escuchar esa voz ronca y profunda salió de su letargo - ¡He preguntado! ¡¿Qué ha…?!
- Sé lo que has preguntado, no soy sordo y si no me dejas hablar imposible que te conteste –Le replicó inflando las mejillas y frunciendo tiernamente el ceño.
Aquel chico le quedó mirando sorprendido… en toda su vida le habían contestado de esa forma… ni menos poniendo esos gestos y rió, que divertido era ese chico.
- ¡Yah! ¿De qué te ríes? –Preguntó el menor con sus labios en trompeta.
- De ti –Y siguió riendo, pero el pelirrojo ya no pudo mantener sus facciones molestas… porque extrañamente ese chico se veía tan lindo riendo y se sonrojó al darse cuenta de sus pensamientos.
Oh! Me gustó, se ve genial. *-*
ResponderEliminarEspero que actualices pronto.
Por cierto, ¡feliz año nuevo! Espero que este año sea genial y excelente para ti.
Byebye~ <3
Kyyyaaaaa que precioso encuentro entre junsu y yoochun!!!!!!! (porque toy segura que fue yoochun)
ResponderEliminarEso fue bello bello bello pero... porque Junsu esta en la tierra!!!!
Mao espero no tardes mucho en actualizar eh que me moriré de la angustia y la duda!!!
Bueno me calmo y te digo que a pesar de ser apenas el prologo me encantó!!
Saludos linda!!!^^