Lectura para amantes: Capítulo 1

Capítulo 1:

“Conociendo la tangente soledad”

“He caminado por ruinas ¿Sabes? Dulces ruinas de color café rojizo… ¿Qué haces? ¿Qué tienes?  ¿Estás bien? Trato de que estas preguntas no atormenten mi corazón… extrañarte, que doloroso se me hace, pero ha sido mi aventura… he dejado todo lo que se supone tuve para ir donde de verdad necesitaba estar… lejos de lo que no era mío”

*****

Jung Yunho jamás se imaginó en esta situación…

- ¿Actuar para un libro… diga obra… lo que sea de Kim Junsu? –Preguntó con emoción –Claro que sí…. ¿Dónde tengo que firmar?

- Ya veo que eres fans de Kim Junsu –El moreno sonrió.

- Me he leído todos sus libros… es más… fuimos muy unidos cuando éramos pequeños –Dijo con aires emocionados con una cierto matiz melancólico.

- Entonces… tendrás el gusto de actuar su más grande obra… Oh si quien actuará contigo es Kim Jaejoong –El moreno se levantó de su silla.

-¿Qué? El gran modelo –El señor Jang asintió.

– Kim Junsu ha dicho que sería una gran oportunidad, que lo necesitaba para crecer.

- ¿Hacerle creer? ¿Qué? ¿El ego? ¡Ja!

****

Era de tarde… le había costado llegar… había costado mucho llegar, como no tienen idea…

Y las lágrimas cayeron de sus ojos haciendo un camino húmedo en sus mejillas, sus cabellos rubios movidos por el viento.

- Hyung… -sus rodillas golpearon fuerte el suelo –Hyung… -Le había perdido… y no pude decirle adiós –Junho hyung… no… no ¡Hyung!

- Ju… Junho… -el pelirrojo volteó a ver, un chico de cabellos largos azabaches mirándole con asombro –No puede ser… ¡Junho! –Se lanzó a abrazarle llorando sobre su hombro.

- No… no soy Junho… -Medio sollozó… -No… no puedo ser mi hyung…

Y el llanto no cesó… se hizo más fuerte, porque esa era la realidad Kim Junho ya no volvería.

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- ¿Trabajar para una obra de Kim Junsu? –El castaño asintió.

- Dicen que él mismo me sugirió –Sonrió.

- No entiendo qué tienen en la cabeza… -Dijo mirando por la ventana –Me dijo que siempre tendría una forma de saber su paradero y hasta el día de hoy… no sé nada.

- Quien te oyera creería que le extrañas ¿Ya se te pasó el amor por Junho?

- Idiota

- El idiota eres tú, no puedes comparar a Junho con Junsu –Frunció el ceño –Junho es único, no le puedes cambiar por su… hermano –dijo en cierto tono receloso.

- No he cambiado a Junho… sabes que jamás me olvidaré de él…

- Pero aun así te metiste con Junsu… Yoochun… Y muchas veces te dije que Junsu no era Junho.

****

- ¿Quién eres? –Resonó la pregunta de una voz grave.

- ¿Eh? ¿Cómo entraste? –Preguntó mirándole desconcertado.

- La señora Kim me dejó entrar, que haces en el cuarto de Junho –el pelirrojo bajó la vista.

- Yo… -Miró a su alrededor, siempre quiso saber cómo lucía el cuarto de su hermano… el cuarto que alguna vez compartió con su hermano, hace años no lo veía –Ya no están… -Dijo mirando hacia el techo de la alcoba –Prometió que siempre estarían ahí… -siguió mirando a su alrededor pasando delicadamente la dermis de sus dedos –Pareciera que sigue aquí…

El pelinegro se cansó de escuchar y no obtener respuesta.

- ¿Qué haces aquí? –Se le acercó –No toques nada.

- ¿Ah? ¿Por qué? Es mi cuarto… - ¿Quién era ese pelinegro?

- ¿Tuyo? ¿De qué hablas? ¡Este cuarto es de Junho!

- Tú no sabes de lo que hablas… si conocieras tanto a Junho hyung sabrías que él tenía un hermano gemelo ¡Y que este también es mi cuarto! –Le espetó molesto.

- ¡Kim Junsu! ¡No grites! –Una mujer, pelirrojo con ojos llorosos le miró seriamente.

- Lo siento mucho homonim… -Agachó su cabeza –No volveré hacerlo.

- Si te dejé venir fue sólo por Junho… no te tomes tantas atribuciones…

La mujer abandonó la habitación algo irritada… algo dolida… algo destrozada.

- Gracias, has hecho que mi madre se enfade conmigo… -Un tierno puchero adornó sus facciones - ¿Me puedes decir qué quieres?

El pelinegro le miró… desconcertado, sí.

- Espera… ¿Hermano de Junho?

- ¿Acaso estas sordo? Eso dije –Comenzó a buscar - ¿Dónde estarán? –Habló por lo bajo abriendo unos cajones.

- ¿Qué haces? –Miró con horror el hecho de que el pelirrojo “desordenaba” el cuarto de Junho –Deja de abrir y cerrar cajones.

- ¿Eh? ¿Sigues aquí? –Le miró con el ceño levemente fruncido.

- ¡De aquí no me muevo! ¡Quién debería irse de aquí eres tú! Ni siquiera fuiste a verlo en el hospital –Junsu le miró un poco dolido.

- No alcancé a llegar… -murmuró a penas, él también se lo recrimina… -No alcancé a ver a Junho hyung… no pude decirle… adiós –Sollozó mordiéndose el labio inferior - ¿Por qué? Él tenía que irse… era lo único que tenía… mi Junjun… -Y esas lágrimas volvieron a caer…

El pelinegro no supo que hacer, se sintió algo culpable por esas lágrimas.

****

Campus universitario.

- ¿No has sabido nada de él? –El morocho negó.

- No entiendo… dijo que siempre tendríamos una pista de su paradero… y que siempre llegaría un aviso de ello –Changmin suspiró.

- Pero no ha sido así, Minho ah… La última vez que lo vi… estaba muy mal… La última vez que hablamos sólo quería alejarse de lo que no era de él.

- “Querer algo que no es tuyo, y quedarte a cuidarles para no verles llorar” –Citó Minho –Recuerdo que una vez, cuando le conocía dijo eso.

- Junsu… Junsu en la realidad… sólo tuvo a Jung Yunho –Minho asintió – ¿Tu primo no sabe nada?

- Teme que le diga a otros… dijo que como Junsu había dicho… siempre nos daría la pista de su paradero.

****

- ¿Cuánto tiempo más piensas quedarte?

- ¿Eh? Yo… -Miró algo sorprendido a esa mujer.

- Sabes bien que no me gusta que estés aquí… Espero que te vayas a más tardar en dos días.

El pelirrojo bajo la mirada… era verdad, él no era querido en ese lugar…

- Por eso no alcancé a decirte adiós, Junho… hyung.

****

- Desde el día que te vi buscas algo… ¿Qué es? –El pelirrojo le miró.

- Un sobre con unas hojas que le mande hace un tiempo a Junho hyung, en la última carta que me mando dijo que tenía que llevármelos que me había dejado algo ahí.

- Oh, comprendo –Le miró rebuscar por todos lados en tanto él sacaba una caja con sus recuerdos más preciados que tuvo con Junho.

- Parece que conoces mejor este lugar que yo –Escuchó la voz del pelinegro a su espalda.

- Tu hermano es lo más importante para mí… Siempre lo amaré…

- Wou… Me alegro…

- ¿Eh?

- Me alegro de que mi hyung tenga hasta en estos momentos alguien que le quiera de ese modo –Dijo con una leve sonrisa –Quiero que mi hyung sonría hasta en estos momentos, gracias… estoy seguro que aprecia tus sentimientos.

- Eres muy distinto a tu hermano ¿Sabías? –Junsu le miró extrañado.

- Te vez demasiado bueno para ser su gemelo –el menor se sentó a su lado.

- No entiendo… y tal vez jamás lo entienda… No veo a mi hermano desde que tengo cinco años, pero siempre le he amado… Siempre me decía “Susu” o me calmaba en las noches cuando había truenos y relámpagos, o cuando mis padres me retaban…

- Él jamás habló de ti… eres la primera cosa que no sé de él –Junsu asintió.

- No había nada que contar de mí, es entendible que no dijese algo sobre mi existencia. ¿Oh? –Tomó un sobre –Esto…

- Recuerdo que cada se dedicaba a mirar los papeles de ese sobre y los leía se reía… traté de leerlo, pero detesto leer –Junsu le miró sin poder creer sus palabras, tomó uno de los papeles.

- Son… mí… -Y no pudo hablar.

- Repetía “Has esta persona no tiene talento… qué cursi” Y luego se reía, me encantaba ver su sonrisa. Me decía “Yoochun, Yoochun escucha….” Y luego citaba una parte del texto…

- ¿Eso hacía…? –El pelinegro miró a Junsu, vio sus ojos llenos de lágrimas - Siempre dijo que le gustaban… Mi hyung no mentía… -Se secó las lágrimas con su antebrazo.

- ¿De qué hablas? –El menor despegó su mirada de ese sobre café para enfocar al pelinegro.

- ¿Mi hyung se burlaba de mí?

*****

Ese día era un nuevo lugar que ver, el Norte de Chile… siempre quiso conocer, desde niño, ese bello país… su geografía tan extraña… tan larga y tan lejana.

“Hoy cruce la puerta de un adiós… me enterado que una despedida cercana se acerca a mi parada, quisiera detenerla… y no podré… quisiera evitarla y no querrá.

Sabes mi amado… sé bien que mi paradero te es indiferente, y que mi lágrimas carecen de tu amor… y hoy sin embargo te extraño tanto… tus besos, tus labios… tus caricias. Si tan sólo dijeses aunque sea una vez y como mentira que me extrañas para que mi corazón sepa lo que es que le amen”

El viento norteño le acarició sus mechones ahora rubios.

- Y pensar que quise que conocieras esto conmigo… y respondiste que ese el sueño de mi hyung… que por él lo harías, y mis palabras quedaron delegadas en la nada –Murmuró mirando la costa, el mar Iquiqueño que susurraba palabras de consuelo –No me dejes…

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